Capítulo 2

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Jeon JungKook soltó las pesadas mancuernas antes de enderezarse y sentarse. Su camiseta color carbón, empapada de sudor, resaltaba cada músculo de su torso. Cogió la toalla que había tenido la precaución de dejar a su lado y se limpió la cara, luego la enrolló y se la pasó por el cuello. El joven utilizó sus dedos para volver a acomodar sus mechones negros en su sitio, tragó los últimos sorbos de su botella de agua y desplegó su metro noventa para abandonar el banco en el que estaba tumbado. Tenía una sesión de entrenamiento diaria, más o menos larga según el trabajo que tuviera que hacer. Como hoy era un día de descanso para él, se había tomado todo el tiempo necesario para practicar sus rutinas de ejercicios, permitiéndose el lujo de una larga sesión de natación.

A veces, ser un subordinado en la organización de Kim HeeChul tenía sus ventajas, como tener un día de descanso de vez en cuando, lo que estaba lejos de ser el caso de la seguridad personal del mafioso.

La mirada color ámbar dorado de JungKook, se volvió rara al pensar en la reacción de SeHun cuando se enteró de que le iban a asignar la protección de Kim SeokJin. Por decirlo de alguna forma, no había dado saltos de alegría y había hecho todo lo posible para intentar ser reemplazado, pero nadie discutía una orden de Kim HeeChul, sobre todo cuando se trataba de su heredero.

Su diabólico y provocador heredero…

Afortunadamente     no      tenía      una      posición      lo suficientemente alta como para tener alguna posibilidad de acercarse a SeokJin. No es que le molestará. SeokJin era un cliente notoriamente... Difícil, y ese era el término más suave que se podía utilizar para referirse a él. Desde su llegada unos meses atrás, había escuchado de todo, sobre todo lo peor, y hacía lo posible por mantenerse fuera de la línea de fuego del joven.

Después de todo, de alto rango o no, nadie estaba a salvo de un capricho…

JungKook empujó la puerta del vestuario, reprimiendo como pudo una sonrisa ante la idea de que un bruto como SeHun fuera asignado para proteger a alguien como SeokJin. Su colega no era ni mucho menos un tonto, y era excelente en su trabajo lo que explicaba su "ascenso" pero carecía de la sutileza necesaria para enfrentarse a un tipo así. Y aunque JungKook nunca había estado cerca del joven, había oído hablar tanto de él y de sus travesuras que, aparte del color de los bóxer que elegía por la mañana, no ignoraba mucho del hijo de su jefe y, aunque no tenía la costumbre de fiarse de las habladurías, no tenía ganas de comprobar si los rumores eran infundados o no.

—¡Juro   que   tuve   que   contenerme   para   no   darle   un puñetazo en la cara al pequeño hijo de puta!

JungKook se detuvo al abrir la puerta del vestuario. Había identificado la voz airada de SeHun, y no hacía falta ser un genio para adivinar de quién estaba hablando. La puerta de un casillero, probablemente la de SeHun, se cerró violentamente mientras el guardaespaldas continuaba.

—Yo... Me vuelve a tocar como lo hizo... Ese…

—SeHun, cállate antes de que digas algo que el jefe te haga lamentar.

JungKook reconoció el tono tranquilo de NamJoon, otro de los guardaespaldas de HeeChul, uno de los pocos que conseguían calmar a SeHun cuando se enfadaba.

—Sea lo que sea que haya pasado con Kim Jr. lo superarás o el jefe te volará los sesos sin pensarlo dos veces, y no importará que te conozca desde hace años. SeokJin siempre será lo primero.

—Se merece un hijo distinto a ese…

—¿Quieres cerrar la boca, maldita sea, sí o no? ¿Y tú, Jeon, no tienes nada mejor que hacer que escuchar conversaciones que no te incumben?

Peligroso deseo ♡KookJin♡ [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora