Capítulo 12

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SeokJin se tensó cuando una figura familiar se  asomó por la puerta. Todavía tambaleándose por lo vivido en manos de JungKook, su corazón seguía latiendo de forma errática y las nieblas del placer no se habían disipado del todo, pero iba a tener que recuperarse, y tendría que hacerlo pronto.

Park ChanYeol le miraba desde toda su altura, con una sonrisa de satisfacción en los labios…

La mirada de JungKook viajó de un joven a otro. Estaba dispuesto a intervenir, en la medida de lo posible, pero sabía que era mejor dejar que SeokJin manejara la situación solo. Era un duelo entre dos futuros líderes de la mafia, él era un simple empleado. Además, encadenado como estaba, no podía hacer mucho para limitar los daños.

Estaría muy bien que ese hijo de puta se mantuviera en silencio por una vez. Y ya que estoy aquí, también puedo esperar encontrar la olla llena de monedas de oro al final del arco iris; probablemente tendría más posibilidades de conseguir mi deseo…

El guardaespaldas no se hacía ilusiones. Incluso en una situación de inferioridad, SeokJin no mantendría un perfil bajo. Si lo hiciera, Kim padre podría resucitarlo y matarlo de nuevo.

JungKook volvió al presente cuando escuchó el tono burlón de ChanYeol, que se dirigía a SeokJin.

—No eres tan orgulloso ahora que estás a mis pies...

—Para eso se necesitan cadenas y esposas. Sólo necesité una palabra para ponerte de rodillas, ChanYeol. ¿Ya lo has olvidado?

Si JungKook pudiese, se habría agarrado la cabeza con las manos y habría gemido de desesperación.

Pero vamos... ¿No podía dejarlo pasar? ¡Joder, se merecería ser amordazado!

Apenas JungKook tuvo ese pensamiento, recordó las inclinaciones del joven y, por extensión, lo que había sucedido entre ellos momentos antes. Reprimió una mueca al recordar el pañuelo pegajoso que escondía en el bolsillo de su traje, y se prometió a sí mismo que lo tiraría en cuanto no tuvieran problemas.

Si fueran…

La mirada oscura de ChanYeol se había ensombrecido de nuevo. JungKook no sabía exactamente a qué se había referido SeokJin, pero no hacía falta ser un psíquico para darse cuenta de que un enfrentamiento entre los jóvenes debía haber terminado con la derrota del heredero de Park, que se había encontrado entonces en una posición humillante.

Voy a matarlo. Si salimos de aquí, lo mataré.

En efecto, SeokJin estaba desafiando a ChanYeol con la mirada, y aunque estaba a sus pies, no estaba lejos de dominar la situación. Por un momento, éste pareció estar a punto de perder la compostura. Con un gran esfuerzo, consiguió mantenerla. Miró fijamente a SeokJin y saludó a los dos hombres que esperaban unos pasos detrás de él.

—Creo que necesitas una lección de modales, SeokJin, y estaré encantado de dártela.

—Es mucho más fácil con tres contra  uno  —dijo  el hombre, mientras los matones de ChanYeol lo levantaban suavemente tras quitarle las cadenas de los tobillos a punta de pistola.

ChanYeol se acercó tanto a SeokJin que su aliento acarició la piel del heredero de Kim mientras apartaba la camisa del joven y le pasaba la mano por el torso, donde los moretones de la pelea se estaban poniendo morados.

—Bonitas decoraciones…

El puño de ChanYeol se cerró, y la caricia se convirtió en un golpe con tal violencia que SeokJin dejó escapar un gemido, todo el aire de sus pulmones expulsado en una dolorosa exhalación. Por reflejo, JungKook quiso intervenir, pero la fría hoja de un cuchillo se posó en su garganta.

Peligroso deseo ♡KookJin♡ [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora