Peligroso deseo ♡KookJin♡ [Adaptación]

Capítulo 14

—No tienes nada roto, SeokJin, pero deberás tener cuidado hasta que las fisuras cicatricen por completo— anunció el médico —El vendaje que te  hizo  tu guardaespaldas evitó lo peor. Cuando te hayas duchado te haré otro y te pondré algo en los moratones. Ten cuidado  de  no frotar demasiado fuerte. Alguien debería ir  contigo  para vigilarte, pues es posible que sientas vértigo.

—Iré con él— BaekHyun intervino enseguida, sin sospechar que su primo hubiese preferido que JungKook le hiciera compañía.

Un pequeño grupo compuesto por HeeChul, SeokJin, BaekHyun, NamJoon y JungKook estaba reunido en el salón, donde el médico examinaba al heredero.

—Una ducha no será un lujo —concedió este último, levantándose.

Reprimió una mueca de dolor. Sus músculos se habían enfriado y el dolor de la paliza recibida comenzaba a manifestarse en serio. Sin embargo, se negó a mostrarlo,  al igual que se negó a encontrarse con la mirada ambarina que sentía sobre él, aunque sabía que debería agradecerle a JungKook. Por primera vez, se sintió aliviado de que su padre actuara en su lugar.

—Definitivamente eres un hombre valioso, Jeon.

—Sólo cumplí con mi deber, señor.

Estas palabras tuvieron un efecto especial para SeokJin, que repentinamente se puso rígido. Nadie más que BaekHyun notó la tensión de los hombros de su primo. Intrigado y vagamente preocupado, se prometió preguntarle sobre ello en cuanto estuvieran solos. SeokJin estaba acostumbrado a confiar en él, igual que él mismo confiaba en el heredero, y no dudaba de que lo haría hablar.

Lo último que escuchó SeokJin antes de salir de la habitación fue la voz rasposa de JungKook respondiendo al médico que no, que no había sido herido y que no necesitaba sus servicios.

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SeokJin cerró el agua y cogió una toalla. Se limpió con cuidado, permitiéndose hacer una mueca de dolor cuando el contacto con sus magulladuras fue demasiado doloroso. Después de todo, estaba solo…

Finalmente seco, se puso un bóxer negro y se dirigió a su habitación, donde el médico lo esperaba con BaekHyun. El hombre examinó a SeokJin por última vez con ojo crítico, luego procedió a aplicarle un bálsamo en los moretones, que empezaban a formar un arco iris de colores, y terminó por vendarle el pecho para apretar sus magulladas costillas.

—Vendré a verte mañana por la noche. Ten cuidado durante unos días, y no deberías tener ninguna secuela.

—Lo mantendré en reposo, doctor —intervino BaekHyun.

JongSuk contuvo una sonrisa ante la tranquila seguridad del joven. No quería enemistarse con SeokJin, porque aunque se había ocupado de él toda la vida, seguía siendo un empleado a sus ojos, uno muy útil, pero un empleado al fin y al cabo, y su astucia natural le decía que el heredero estaba preocupado. El médico salió de la habitación tras una última recomendación, y una caja de analgésicos fue colocada en la mesilla de noche. BaekHyun esperó a que cerrara la puerta antes de volverse hacia SeokJin, que acababa de sentarse con cuidado en su cama.

—¿Qué pasó entre Jeon y tú?

—No pasó nada —refunfuñó.

—No me mientas, SeokJin.

El tono dolido de BaekHyun fue el reproche más eficaz para SeokJin, que miró con culpabilidad a su primo.

—Lo siento. Pero es... difícil de explicar.

BaekHyun se sorprendió ante la evidente vergüenza de SeokJin. El heredero nunca se avergonzaba ni se arrepentía, así que las dos cosas a la vez... Por un momento, el joven se preguntó si debía insistir, pero su intuición le decía que SeokJin necesitaba confesarse, así que decidió continuar. Su primo lo sorprendió hablando primero.