Capítulo 20

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¿Qué demonios estoy haciendo...?

La pregunta atormentaba a JungKook mientras subía las escaleras detrás de SeokJin. ¿Realmente estaba a punto de encerrarse en una habitación de un club BDSM gay con el hijo de su jefe y tener sexo con él? Sí, bueno, tampoco se trataba de que dicha relación traspasara ciertos límites, pero aún así iba a permitir que un hombre lo tocara íntimamente, idea que lo hizo entrar en pánico. Tendría que imponer sus límites al heredero de inmediato, y haría falta mucha fuerza de voluntad para no retroceder cuando SeokJin se le acercara, pero había dado su palabra.

Durante una hora, dejaría a SeokJin jugar con su cuerpo. La llave giró en la puerta del dormitorio, aislando a JungKook y SeokJin del resto del club. La mirada del primero vagó por la habitación, detallando todos y cada uno de los objetos que había en ella, antes de posarse en SeokJin, con una advertencia que éste no pudo ignorar.

—No usas nada de esto, ¿entiendes?

A SeokJin no le importó la familiaridad. Después de todo, eso era lo que quería, ¿cierto? Un acercamiento con JungKook…

—Esa nunca fue mi intención. Incluso como hombre heterosexual, no eres parte de la escena, y nunca he coaccionado a mis compañeros de juego.

SeokJin se alejó de la puerta en la que estaba apoyado y se unió a JungKook. 

JungKook se estremeció cuando el joven le puso una mano en el pecho. Tuvo que obligarse  a  no  retroceder, pero había prometido una hora, y se la daría.

Una hora, y luego todo habría terminado. El heredero finalmente lo dejaría tranquilo, así que permitiría que el joven que estaba frente a él lo tocara, y entonces obtendría paz.

JungKook agarró bruscamente la muñeca de SeokJin, que acababa de poner en su mejilla.

—Establezcamos algunas reglas, antes de empezar.

—¿Cuáles? —preguntó SeokJin sin intentar apartarse.

—Nada de penetración. De cualquier tipo. Ni siquiera un toque a ese nivel.

—Muy bien.

SeokJin no podía decir que la demanda lo sorprendiera.

Era lógico en un hombre heterosexual como JungKook.

—¿Algo más? —añadió.

JungKook dudó. Sí, había mucho más. Deseaba que SeokJin se marchara, que todo esto fuera una pesadilla, pero le había prometido al heredero una hora de su tiempo…

Sesenta cortos minutos... ¡Sesenta minutos con tal de quitármelo de encima!

Los ojos de ámbar se desviaron hacia la enorme cama que ocupaba buena parte del lugar.

—¿Qué posibilidades hay de que las sábanas estén limpias?

—Se cambian después de cada sesión. SeokJin dudó un segundo antes de continuar.

—Estamos en un club BDSM, ellos...

—Está bien, entiendo la idea general.

—JungKook, olvídate de nuestro alrededor, ¿vale? No lo usaré. Sólo quiero demostrarte que nadie sabe dar placer a otro hombre mejor que un hombre.

JungKook abrió los dedos, liberando a SeokJin. Éste levantó la mano y acarició la curva de la mandíbula de su guardaespaldas, sombreada por una ligera barba cuyo tacto lo hizo estremecerse. Había deseado tanto este momento... Y ahora JungKook se ofrecía por fin a él. Oh, no del todo como soñó, pero casi, y no desperdiciaría nada antes de que se acabara el tiempo. Se necesitaría algo más que la falta de reacción de JungKook para desanimarlo.

Peligroso deseo ♡KookJin♡ [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora