Capítulo 17

642 116 9
                                    

JungKook no estaba de buen humor cuando se despertó esa mañana. Su noche había sido una mezcla de insomnio y sueños perturbadores, en los que revivía lo sucedido en ese maldito sótano. Le costaba mucho asumir lo que hizo y, lo peor de todo, no tenía a nadie con quien hablar de ello. La única persona con la que podría haberse sincerado no estaba allí, y de todos modos, siendo bisexual, YoonGi probablemente no habría entendido lo que sentía su amigo.

Si él mismo supiera lo que sentía…

Asco, eso era evidente, pero por otro lado, lo que leyó en los ojos de SeokJin... Esa fragilidad, ese abandono total... Ninguna de sus amantes lo había mirado así, y tenía que ser un chico casi diez años menor que él, famoso por su cinismo y su lado provocador, a veces cruel, el que atrapaba su mirada con la suya, y le provocara mil tormentos. A JungKook le hubiera gustado negarlo, pero sabía que había visto a SeokJin tal y como era realmente, sin ninguna fachada ni máscara, y eso había removido algo en lo más profundo de su ser.

—Oye, Jeon, ¿estás esperando a que se te derrita la tostada en el café, o qué?

—¿Eh?

JungKook salió de su ensueño, pero se dio cuenta que toda la mesa lo estaba mirando. Al ver sus expresiones burlonas, se preguntó fugazmente cuánto tiempo llevaba así, con la mejilla apoyada en el puño cerrado, la tostada pegada al café y probablemente con un aspecto completamente fuera de lugar. Estaba buscando algo que responder cuando una voz ronca le hizo incorporarse.

—Es un TSPH. ¿No reconoces los síntomas?

—¿Un qué? —preguntó JungKook, desconcertado.

—Trastorno de estrés postraumático del  heredero— NamJoon le tradujo —Casi todos sabemos lo que significa ser el guardaespaldas del heredero. Has durado más que muchos de nosotros, y tampoco en circunstancias fáciles, pero incluso los mejores acaban sucumbiendo. Pero te lo agradezco; aposté por ti y me embolsé un buen dinero.

—Bien por ti —refunfuñó JungKook, que finalmente decidió sacar la tostada empapada de su taza y tirarla al contenedor más cercano.

Pensándolo bien, no tenía hambre. Con el café bastaría. Mucho café.

Y también una pared, un saco de boxeo, un cuadrilátero con un adversario, en fin, cualquier cosa que le permitiera descargar la rabia que sentía bullir en su interior al pensar que le esperaba otro día con SeokJin…

¿A cuántos dioses he ofendido para acabar en un infierno así?

¸.• ✮ •.¸ ☆ ¸.• ✮ •.¸ ☆ ¸.• ✮ •.¸ ☆ ¸.• ✮ •.¸ ☆ ¸.• ✮ •.¸


SeokJin se quitó la venda con una  mueca.  No  debía hacerlo por sí mismo, pero tampoco debía correrse encima, ni por su propia mano ni  por un sueño húmedo especialmente erótico en el que participaba cierto guardaespaldas de ojos ambarinos.

Maldita sea, no me había pasado desde que era un adolescente... ¡Este tipo me vuelve loco!

Hizo falta una larga ducha fría para que el joven entrara en razón y se dispusiera a hablar con su padre. El día anterior, le había dicho a JungKook que no lo necesitaría hasta el final de la mañana, y que tenía tiempo libre, siempre y cuando no saliera de la propiedad.

Unos celos desbordantes se apoderaron del heredero al pensar que JungKook podría aprovechar ese tiempo para ir a buscar una mujer. Desde que estaba a su servicio, SeokJin se había asegurado de que su guardaespaldas no tuviera ninguna oportunidad de salir, en primer lugar, para molestarlo y demostrarle que lo tenía bajo su control, incluso en su vida privada, y en segundo lugar porque imaginarlo con una mujer lo estaba volviendo loco. Imaginar sus manos recorriendo las curvas femeninas, su boca besando la suave piel y, sobre todo, evocar que poseía a una de sus amantes... ¡No, no podía ser!

Peligroso deseo ♡KookJin♡ [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora