Otro día más encerrado en una habitación de 4 paredes, rodeado de papeles que superaban su altura, en espera de ser leídos y firmados. El séptimo Hokage no se imaginaría que así serían la mayoría de sus días desde que empezó a ejercer. Se imaginaba una vida llena de emoción y peleas, pero claro, ¿Qué pelea habría en una época de paz?
Se imaginaba su vida casado y feliz, y ciertamente, estaba casado, pero no sabía si feliz. Ama a su familia, ama a sus hijos aunque Boruto no quiere ni verlo en pintura y quiere a su esposa, pero entonces, ¿Por qué se siente así, tan vacío? Como si algo le faltara. Tenía todo lo que quería, respeto y amor; había logrado traer a Sasuke de regreso a casa, ahora mismo se encuentra en la aldea, al retorno de su misión.
Sasuke se encuentra en casa en compañía de su familia, hoy su amigo se ofreció a entrenar a Boruto, se enteró porque Sakura se lo dijo en una reunión que tuvo con el cuerpo médico de Konoha para ver maneras de mejorar y modernizar los utencilios médicos.
Con dolor en las piernas de estar todo el día en una misma posición se levantó y estiró todos los músculos de su cuerpo, la espalda, caderas y cuello tronaron a la mínima, relajándolo. Miró una última vez la pila de papeles y tomó la capa de Hokage colocándosela para irse a Ichiraku, ansiaba comer un plato caliente de ramen y después ir directamente a dormir.
Así lo hizo, mientras caminaba bajo la luz de las estrellas y el cielo nocturno, saludaba a los aldeanos que lo veían con respeto y admiración, haciendo un par de reverencias de las cuales nuestro rubio aún no se acostumbraba, pero que contestaba torpemente.
Al llegar a su lugar favorito sonrió al ser recibido por Ayame, la hija del señor Teuchi—Séptimo, es un gusto tenerlo por aquí, hace bastante no lo veía—. le ofreció el mismo tazón que desde tiene memoria pide
—El trabajo no lo permite, si por mi fuera vendría más seguido, ¿Cómo estás?—. hizo referencia al aniversario de muerte de su padre, antier se cumplieron 10 años de su partida, murió por causas naturales. Aún recuerda el día que se convirtió en Hokage, después de por fin aparecerse luego del golpe que le proporcionó Himawari, vió al señor Teuchi en silla de ruedas en compañía de Ayame, sonriendo y llorando, orgulloso de ver a su cliente favorito cumplir su más grande sueño
—Lo extraño demasiado, mi padre era la persona que más amaba, y siempre duele, todo el tiempo—. comentó cabizbaja ganándose una mirada compadeciente del hombre sentado frente suyo—Pero coma, porque se le va a enfriar—. le regañó dándole un par de palillos
—Ayame, te dije que me hables como siempre, no es necesario que me digas de "usted"—. hizo una reverencia a la comida y separando los palillos comenzó a comer su pasta tan deliciosa como recuerda desde la primera vez
—Lo sé, pero déjeme, me gusta hablarle de usted, recuerdo cuando tenía 11 años y gritaba que sería el próximo Hokage—. ambos rieron con nostalgia—Me causa orgullo pensar que siempre venía a este lugar cuando pasaba por buenos y malos momentos, muchas cosas pasaron en este lugar y, aunque ahora ya no está mi papá sé que desde donde sea que esté nos ve con una sonrisa, feliz de verlo aquí séptimo—. recalcó su título con orgullo, haciendo que se llenen los ojos de lágrimas al otro— Pero ande coma por favor, si quiere después platicamos—. le dijo y el otro obedeció
Naruto comió el primer tazón en silencio, ambos no aguantaron mucho tiempo y al final terminaron platicando mientras Naruto comía, compartiendo anécdotas y datos, riendo y por momentos llorando, hace mucho que no hablaba así con Ayame y se prometió a sí mismo venir más seguido.
De regreso a casa de nuevo las dudas de siempre lo asaltaron. ¿Por qué se siente tan desdichado, tan vacío? Siente miedo y más que nada frustración, quisiera azotar su cabeza en la pared, tiene lo que siempre había querido ¿Que nada es suficiente?

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¿Era amor?
RomantizmSi pudieras cambiar tu pasado, ¿Lo harías? ¿Escogerías al amor por sobre lo que dicta la sociedad?