Mi Luz | Neji Hyuga

Mi Decisión Correcta

— vamos —

Neji estaba esquivando todos mis golpes, aunque no estaba usando toda mi fuerza pues no podía hacer tantos esfuerzos físicos, sin embargo quería seguir entrenando y sabía que él tampoco la estaba usando.

— descansa — dijo por fin sujetando mis dos puños entre sus manos.

Ambos estábamos agotados.

— si, descanso, ya no puedo más — dije recargando mi peso en él.

El Hyuga me cargó y me llevó hasta un tronco que estaba cerca, se sentó frente a mi y suspiró intentando agarrar el aire.

Llevábamos tres días de nuevo en Konoha.

Y aquella sensación rara no se iba de mi mente.

Además, los nervios habían crecido, pues por fin me había decidido decirle hoy lo que pasaba, había pedido ayuda a Hinata anteriormente, pues ella ya sabía también ambos asuntos y me había dado algunas ideas sobre cómo decirle esa tarde.

— es increíble que hasta ahora siga sin vencerte... — dije agarrando bocanadas de aire.

— soy un Hyuga ~ — dijo sonriendo mientras sobaba uno de sus brazos, también estaba adolorido.

— al menos logré golpearte — dije sonriendo con orgullo.

— si a caerme encima le llamas golpearme... — dijo suspirando mientras se dejaba ir hacia atrás en el suelo.

No evité reír y sentarme ahora en su pelvis. Sus ojos fueron a mi dirección antes de cerrarlos y por fin relajar todo su cuerpo, su respiración ya era tranquila, se había recuperado rápido.

— ¿me dejas aliviar tu dolor? — pregunté acercando mi rostro al suyo.

Volvió a abrir sus ojos y los dejó conectados con los míos. Asintió ligeramente mientras extendía de nuevo sus brazos a mi. No evité reír un poco y tomarlos para así tratar de relajar un poco sus músculos.

De nuevo tenía sus prendas habituales.

Mis ojos recorrieron su cuerpo lentamente y se centraron en su cuello antes de por fin subir hasta su rostro, parecía estar relajandose aún más.

— ¿no te duele la espalda? — pregunté viéndolo fijamente.

— poco, después de que me cayeras encima, sería raro que no doliera —

Ladee ligeramente la cabeza y asentí.

— tendré que tratarte ahí también, por cierto, en la tarde planeo decirte algo — dije con una sonrisa.

Estaba nerviosa, claro que lo estaba, sin embargo esperaba que todo saliera bien, al menos según lo que Hinata me había dicho, era seguro que su reacción sería increíble.

— anda, siéntate — dije sonriendo mientras me apartaba de encima.

Neji se sentó y suspiró un poco mientras abría su camisa y la bajaba dejando sus hombros y espalda al descubierto. Toqué toda su piel de forma delicada, voltee a verlo fijamente a pesar de que él no me veía, mantenía sus ojos cerrados. Sonreí suavemente y puse ambas manos en donde anteriormente le había caído encima con uno de mis puños, esa zona ya estaba morada.

La desventaja de ser tan blanco era que su piel reaccionaba a cualquier contacto y era sumamente difícil que las heridas, golpes y rasguños desaparecieran.

— ¡auch! Ahí duele — dijo quejándose mientras yo presionaba su espalda baja con los dedos.

— lo sé, sólo quería comprobarlo, perdóname — dije riendo mientras dejaba a mi chakra también actuar en esa zona.