Desde que llegué de regreso a Nueva York no he tenido tiempo ni de acomodar mi ropa en el armario. Me marché hace cinco años, huyendo de algo que estoy convencido que habría podido evitar sino hubiera posado mis ojos en Marla Collier. Pero no me arrepiento de nada en absoluto. En todo este tiempo no he dejado de pensar en ella ni un solo segundo de mi miserable existencia. En muchas ocasiones me preguntaba si se encontraría bien, pero suponía que sí. El día que llegué a la ciudad me encontré con Marla, estoy seguro de que ella también me avistó, aunque lo disimuló muy bien. Ella sostenía dos grandes maletas, un color rosa pálido y otra negra. Por un momento me pasó por la cabeza ir a su encuentro y saludarla, pero solo me limité a observar cómo se alejaba y tomar nota mental de algunos cambios en ella.
Lo primero que hice al pisar la ciudad, fue visitar a mi hermano en el cementerio de Green Wood. Mi vida no ha sido la misma desde su pérdida. Solo tuve unos minutos para saludar la tumba de Austin, suficientes para que los ojos se me llenaran de lágrimas. Coloqué un ramo de girasoles enfrente de esta y me dispuse a marcharme. Esta mañana me llamaron del hospital para informarme que debía de incorporarme a mi trabajo de inmediato, por ese motivo me encuentro ahora mismo aparcando mi coche en el parqueo del Children Center. No me fue difícil volver a este sitio, los directivos tomaron consciencia de mi larga trayectoria y mis excelentes resultados aquí.
Miro a mi alrededor al bajarme del coche. Me sorprendo de todo lo que observo y de que este sitio me produzca exactamente las mismas sensaciones que hace cinco años atrás. Aún me sigo preguntando por qué he necesitado regresar aquí de nuevo. Entro en la recepción y la amplia sonrisa de una Isla más madura me recibe. Ha cambiado mucho, aunque claro, cinco años no es poco tiempo. Si en aquel entonces tenía dieciocho años, imagino que ahora tenga unos veinte y tres.
— ¡Doctor Pierce, que gusto volver a tenerlo por estos pasillos! —la voz de Isla me hizo sonreír y volver al presente, y sobretodo, recordarme la razón por la que he regresado.
Nos abrazamos como lo hacen dos buenos amigos que hace tiempo no tienen contacto. Nada fuera de lo normal.
—Estás… distinta. —Murmuré, un poco alucinado por su nuevo aspecto.
—Ya, es que he pegado el estirón, ya sabe. —Sonríe, pero enseguida capto que mi comentario la ha hecho sentir incómoda porque sus mejillas se tiñen de un color rojizo. Soy un insensible.
—Lo siento, Isla, no lo digo como algo sexual. —Me disculpo avergonzado —. Por dios —paso una de mis manos por mi rostro abatido —, podrías ser mi hermana.
—No se preocupe, doctor, ya estoy acostumbrada. —Trató de restarle importancia con una pequeña elevación de su labio superior.
—Ninguna mujer debería de acostumbrarse a algo como eso.
Ese siempre ha sido mi pensamiento. Jamás sería capaz de ofender a una mujer solo por poseer una figura esbelta y una cara bonita. Eso viola todos mis principios. Isla no emite palabra alguna durante los siguientes segundos, por lo que opino que es el momento perfecto para escapar hacia la cafetería.
—Luego nos vemos, necesito mi dosis de cafeína desde temprano. —Le muestro una sonrisa cargada de confianza y comienzo a andar hacia la cafetería del hospital, dejando a Isla allí parada observándome.
Pido una café negro sin azúcar. Esta es mi mejor manera de comenzar el día. Saboreo cada matiz del néctar negro y cierro mis ojos para sentir su frescura en mi boca. Por suerte nadie más me interrumpió en mi rutina mañanera de entrada al trabajo.
Cuando termino mi café, sigo mi camino hacia mi consulta. Imagino que mi secretaria ya debe estar allí. Siento un dolor punzante en las manos y me doy cuenta de que estaba apretando mi maletín con tanta fuerza que casi interrumpo mi suministro de sangre en esa zona de mi cuerpo. Entro en la consulta y mis ojos se centran en la nueva decoración. Todo se encuentra muy cambiado, los muebles que antes eran de color gris, ahora son blancos, al igual que las cortinas y las paredes. El buró de madera oscura al igual que la silla detrás de este, resalta entre tanto blanco. Todo se ve muy moderno, y no puedo negar que también bonito.
![](https://img.wattpad.com/cover/287297809-288-k367423.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Trilogía Pecado (Libro 1, 2 y 3)
RomanceLibro 1 COMPLETO Libro 2 EN PROCESO Libro 3 PRÓXIMAMENTE ❌Historia +18, escenas de sexo esplícito y lenguaje adulto❌. La trilogía Pecado de Laura Avila completa en un solo libro. Amor, sexo, mentiras, pasión, intriga, todo eso encontrarás en este l...