Carlos
Cinco días después de mi encuentro con Marla, mi mente no paraba de analizar cada una de las palabras que salieron de su boca, y mucho menos del beso. El olor de su colonia aún lo tenía impregnado en mi bata blanca. Por mucho que trataba de alejarme de ella, me era imposible, por eso cuando me invitó a su fiesta para celebrar la satisfactoria recuperación de Hazel, no pude resistirme y acepté.
Son las nueve y media de la noche y mis pies caminan por la avenida 126, en dirección al edificio donde vive Marla, he preferido dejar el coche estacionado en el hotel Miller, no tengo ningún interés en que ninguno de los presentes en la fiesta vean mi Ferrari azul con faros dorados. Lancé un suspiro al detenerme delante del edificio de ladrillos rojos de tres pisos. Era una propiedad algo desgastada por los años, sus ventanas negras estaban iluminadas por las luces amarillas del interior. La puerta principal que daba acceso a las escaleras es de un color roja casi similar a la sangre. Ni una planta se ve a miles de kilómetros del lugar, parece un lugar sombrío y abandonado, si no fuera por las luces encendidas, parecería un lugar donde no habita nadie.
Subo la pequeña escalerita hasta entrar en el edificio, Serena me dijo que el apartamento de Marla era el 232, asi que me encamino en búsqueda de una puerta con ese número. Cuando la localizo llamo en ella, y me asaltaron unas tremendas ganas de salir corriendo, como cuando Austin y yo éramos niños. La puerta se abrió y me recibió una Marla preciosa, con un vestido rosa y una cinta hecha un lazo en su cabeza, me imaginé ese lazo negro atando sus manos en el cabecero de mi cama. Sacudí mi cabeza para apartar esos pensamientos eróticos.
—Ah, hola doctor. Qué bueno que pudo venir —me dijo ella, mostrándome una inocente sonrisa. ‘
Me hizo pasar y enseguida un tipo me dio una copa de vino que yo acepté encantado.
—Llámame Carlos, solo Carlos —le pedí.
Miré a todos los rincones del pequeño apartamento, buscando la presencia de Serena, la única persona con la que podía hablar y asi evitar a Marla, pero no la encontré.
— ¿Necesitas algo, Carlos? —me preguntó Marla.
—Eh, no.
—Si buscas a Serena aún no ha llegado, ni Alan tampoco —no sé a qué se refería, pero noté ciertos celos en su voz, o tal vez eran ideas mías.
—No, no, solo estaba buscando el baño —inventé una excusa bastante tonta.
—Carlos, estás buscando amor en unos ojos que miran a otra persona.
La pequeña sonrisa que todavía quedaba en mi cara, de pronto desapareció, porque me dolía que Marla pensara que yo quería algo con Serena, en otro tiempo si me interesaba, pero ahora sé que ella está enamorado de otro, a parte, ahora mis ojos buscan a otra persona. Pero ya que ella pensaba eso, tal vez esta es mi oportunidad para librarme de ella y asi poder olvidarla. Lo sé, me estoy portando como el mayor imbécil de toda la historia, pero intento protegerla.
— ¿Sabes algo, Marla? —Ella me miró interrogante —, Alan hizo sentir a Serena insegura, rota por dentro, traicionó su confianza y aun así ella lo perdonó, pero las cosas no duran para siempre. Tarde o temprano esa relación terminará y yo estaré aquí para Serena.
Aquellas palabras salieron de mi boca como si de verdad las sintiera, sí, quiero mucho a Serena, pero me he dado cuenta que lo que siento por ella no es amor de verdad, simplemente era cosa del roce, de la cercanía.
—Es cierto todo lo que dices, pero se te olvida algo —la insté a que siguiera hablando —, él le hizo daño a ella y ella a él, puede que en su momento no se hablaran, hasta se odiaban, pero habían momentos en que se echaban de menos, y eso solo puede ser amor de verdad.
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Trilogía Pecado (Libro 1, 2 y 3)
RomansaLibro 1 COMPLETO Libro 2 EN PROCESO Libro 3 PRÓXIMAMENTE ❌Historia +18, escenas de sexo esplícito y lenguaje adulto❌. La trilogía Pecado de Laura Avila completa en un solo libro. Amor, sexo, mentiras, pasión, intriga, todo eso encontrarás en este l...