Aparco el auto a escasos centímetros de la acera frente al restaurante Lombard. Marla se ha quedado en silencio y yo lo agradezco. Está resultando ser más difícil de lo que creía en un principio. Me apeo del auto y procedo a abrirle su puerta para que salga, como todo un caballero, ella me dedica una sonrisa satisfecha durante su descenso.
—Vaya, que caballeroso —murmura con voz suave y risueña. Me alegra verla tan relajada y sin tirar dardos explosivos cada vez que abre esa boquita tan sexy.
—Kai me regañaría si no lo fuera —le sonrío devuelta.
—Si quieres puedes esperarme aquí afuera, dudo mucho que desees estar en medio de una conversación sobre moda —me dice alzando una ceja, esperando mi respuesta.
—No hay problema, puedo soportarlo perfectamente —sacudo la cabeza y la rodeo para pasar por delante de ella.
La sigo de cerca mientras cruza la corta distancia que separa la acera de la entrada del restaurante. De repente sus pasos se detienen haciendo que casi choque con ella. Suelto una maldición por lo bajo y la miro buscando una explicación.
—Eres idiota, Kilian, casi me haces caer —murmura ella fulminándome con esos ojazos.
Me aparto de su contacto de inmediato, tratando de ignorar la corriente eléctrica que recorre mi cuerpo al sentir su roce. Aprieto los dientes y la miro fijamente sin apartar mis ojos de los de ella.
—No fue mi intención dañar a la princesita.
— ¡Johan! ¡Que gusto verte! —chilla corriendo como una desquiciada hacia un hombre alto y corpulento vestido de traje oscuro y con una sonrisa estúpida en su rostro, la misma que podría borrar de un plumazo de ser necesario.
— ¡Pequeña!
Marla sonríe cuando se abalanza sobre él y este rodea su cintura con sus brazos. Puf, pequeña, vaya mote de mierda, ni un crío de cinco años llamaría a alguien así.
—Hace tiempo no nos veíamos, te he extrañado —susurra ella mirándolo con adoración.
—Yo también, pequeña —el cabrón sonríe como si la mandíbula se le fuera a desprender —. ¿Cómo te lleva la vida?
Ni siquiera les doy tiempo a seguir con su charla matutina en medio de la calle, porque interpongo mi cuerpo delante de ella impidiéndole seguir manteniendo contacto con el desconocido cabronazo. Pego a Marla a mi espalda y noto como sus pechos se aprietan contra mi cuerpo.
«Deja ya de pensar en ella con lujuria, Kilian» pienso agitando mi cabeza.
— ¿Puedo saber quién diablos es usted? —pregunto con tono de desconfianza y hostilidad. Me da igual quien sea, no permitiré que se acerque a ella.
Marla intenta apartarme empujando mi cuerpo a un lado, pero cuando se percata de que no me muevo ni un ápice, desiste.
—Soy un amigo, un viejo amigo —me informa el idiota de traje ofreciéndome su mano para saludarme, cosa que ignoro por completo. Le dirijo una mirada asesina y me aparto del medio, dejando que ambos continúen conversando.
— ¿No puedes ser cordial y educado por una vez en tu vida? —me pregunta Marla dirigiéndome una mirada matadora cargada de odio. No me importa.
—No me interesa ser cordial ni educado con desconocidos —replico con brusquedad y siendo muy sincero.
Ella pone sus ojos en blanco y me da por incorregible, dejándome allí parado a sus espaldas como una jodida niñera en espera de su niñita.
—Lo siento mucho, Johan, no hagas caso al vikingo —se disculpa ella y observo como el otro tipo la mira de arriba hacia abajo, causándome incomodidad y repugnancia. Está claro que en su interior desea meterse entre las piernas de Marla.
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Trilogía Pecado (Libro 1, 2 y 3)
RomanceLibro 1 COMPLETO Libro 2 EN PROCESO Libro 3 PRÓXIMAMENTE ❌Historia +18, escenas de sexo esplícito y lenguaje adulto❌. La trilogía Pecado de Laura Avila completa en un solo libro. Amor, sexo, mentiras, pasión, intriga, todo eso encontrarás en este l...