3- Sin retorno

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-Evangelina.

Me limité a contestar sin mencionar mi apellido. Después del revuelo que se había armado en el piso superior al decirlo, preferí mantenerlo en secreto. Si alguien más me volvía a pedir explicaciones acerca de "mi clan" iba a perder la cabeza, si es que acaso podía perderla aún más.

-Disculpa... Eren- dije- ¿Podrías decirme a dónde estamos?

-Stohess.

Me contestó como si fuera algo obvio, pero luego se dio cuenta que yo no tenía ni idea de lo que me estaba diciendo.

-¿No eres de aquí verdad? Llevas una vestimenta muy extraña ¿Acaso vienes de afuera de las murallas?

Me preguntó de repente con gran ilusión. Pude notar como sus ojos verdes centellearon con la luz de las antorchas.

-Supongo... aunque la verdad es que no lo sé. Todo esto es muy extraño. Todos aquí se comportan súper raro... como si vivieran en la era de piedra.

-"¿Súper raro?" Que manera tan peculiar tienes de hablar. Definitivamente no eres de aquí. Oye y si vienes de afuera de las murallas... ¿Cómo hiciste para llegar aquí tu sola? ¿Cómo esquivaste los titanes sin un equipo?

-Mira Eren, la verdad es que no sé de qué titanes hablas, yo solo crucé una puerta y de repente estaba aquí. No sé más que eso, empiezo a creer que perdí la cordura o que estoy metida en una colonia de extravagantes hippies amantes de la edad media o que viajé en el tiempo como en Volver al Futuro, ya creo que nada podría sorprenderme. Solo quiero volver a mi casa.

Bajé la mirada a mi mano izquierda, y ahí vi el anillo que esa misma tarde había recibido de parte de Ronald junto con su propuesta de casamiento ¡Ronald! Seguramente él va a buscarme, irá al hospital, va a preguntar por mí y van a tener que revisar el cuarto de suministros, pronto encontrarán la puerta y toda esta locura se terminará. Tengo que relajarme, pronto volveré a casa.

Eren se rio.

-Que extraña eres. Supongo que por hablar así te metieron aquí. A Annie no le gusta que nadie se pase de vivo. Desde que la nombraron Capitana se la pasa encerrando gente en los calabozos, empiezo a creer que lo hace por placer.

-¿Annie es la Capitana?

-Si, así es. Hicimos juntos el entrenamiento, incluso nos graduamos del mismo escuadrón de infantería y todo.

-¿La Capitana tiene tu misma edad?

Eren se volvió a reír.

-Si, pero sus habilidades la pusieron allí. Es una excelente combatiente, jamás pude ganarle un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, y ya viste su estatura.

-Entonces... tú también eres soldado, o lo que sea que son los del uniforme ¿Por qué estás encerrado aquí?

-Pues... digamos que le falté el respeto a una figura importante y me mandaron a "escarmentar" aquí. No sería la primera vez.

-Vaya, un chico rebelde- reí- Oye Eren... De verdad necesito saber a dónde diablos estoy. "Stohess" no es nada, no es un barrio, no es una ciudad. He vivido en Manhattan toda mi vida como para saber eso.

Él se apoyó en los barrotes que lindaban contra mi celda y me miró con el ceño fruncido.

-Mira... no sé a que te refieras con Manhattan, pero yo tampoco escuché hablar de ese lugar, y he vivido aquí toda mi vida como para saber eso.

Me retrucó. Me quedé en silencio unos minutos ¿Acaso este sería algún lugar que tenía a las personas prisioneras dentro de estas "murallas" que dice el chico? ¿Pero cómo es posible que no se vieran desde la ciudad? No puedo entenderlo. Todo era demasiado confuso como para poder procesarlo en ese momento.

La ForasteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora