Por un momento pensé que Eduardo iría por el auto, pero al verlo empezar a caminar, supe que podría ir admirando las calles y tal vez podría tomar alguna que otra foto de la zona; para no molestar al equipo en lo que preparaban las tomas que harían en el parque y las que harían a un costado de la Basílica, decidimos atravesar el jardín lo más rápido posible y seguimos por la calle Via de Banchi, la cual conectaba con otra de nombre Via de'Cerretani en donde se encontraba una iglesia gótica; por su apariencia me hizo acordarme de una película que vi en mi adolescencia "un hombre lobo en parís" solo que aquí era Italia; la iglesia era sumamente alta y uno podría decir que estaba hecha de adobe o de ladrillos con ese tipo de acabado, la entradas como en la mayoría de las iglesias de la zona era de arcos de mármol en terminación de punta con un arco para soporte del lugar y al puerta estaba tallada con algunos santos; tenía ganas de entrar.

-Es una pena que hoy no esté abierta, es posible que la estén arreglando para la noche de oración (señalando un letrero)

-Que lástima, y yo que tenia tantas ganas de conocerla en su interior

-Si te animas a quedarte una noche más, nos escapamos y venimos a verla, ¿qué te parece?

-Es una oferta tentadora, lo consideraré

Seguimos caminando y me hizo entrar como a 3 tiendas distintas en donde yo no localizaba la sudadera que quería, pero salimos adquiriendo unos jeans y leggins, una blusa tejida, unas botas para que hicieran juego con los leggins; también con una blusa de cuello de tortuga para el frío y una bufanda que termine accediendo a ponerme porque mientras me probaba la ropa, había detectado un morado que me había dejado Gian en el cuello.

Al llegar a la última tienda encontré la sudadera que buscaba, pero ya no tenía muchas ganas de comprarla pues ya me había comprado ropa que no necesitaba y lo más importante no la había pagado yo, así que para evitar un gasto más simplemente me negué a probármela; en vez de eso me decidí a entrar en una librería, solo para ver como es una librería en Italia.

La librería no era diferente a las de mi ciudad, solo que estaban mejor espaciados los pasillos, había islas de exhibición y en la zona de niños, había mesitas para que los niños pudieran leer algunos libros; mientras me entretenía en intentar entender el titulo de cada libro, perdí de vista a Eduardo, pero como yo andaba en otra cosa no me importó no verlo, después de un rato, ya me había aburrido y no veía a Eduardo y tampoco tenía su número para saber en donde estaba, a la salida de la liberaría tampoco lo vi.

Mi vista se fijo en una cúpula que se asomaba a la deriva, así que empecé a caminar hacia ese lugar, conforme avanzaba escuchaba que alguien gritaba, pronto ese grito tenía sentido para mí, pues alguien gritaba mi nombre; Eduardo venía corriendo con una bolsa de compras en la mano.

-Pensé que te tardarías más en la librería, no pensé que fueras tan rápida.

-Uno se vuelve rápida y más cuando no entiende mucho el titulo de los libros jajaja; y a donde te desapareciste.

-Toma, sabía que ya no querías que gastará, pero aun así sentí el deseo de hacerlo, son dos tonos, espero que te gusten, tarde porque tuve que revisar cada una de las prendas y ver si coincidía con tus gustos

-Muchas gracias, no debiste hacerlo, hoy te has vuelto mi hado padrino jejejej (me acerqué y le di un beso en la mejilla)

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