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Seokjin miraba atentamente a los dos hombres que estaban frente el, apenas y salía el sol cuando recibió la llamada junto a la noticia que no quería oír.

—Señor, según...

— ¿Según?— enarco una ceja, tenía ojeras y estaba en bata mientras sus dos manos quedaban entrelazadas puestas encima de su boca— ¿es certera la información, o solo son chismes?

—Es segura— hablo el otro— las personas que vivían en ese edificio murieron, en total solo van trece muertos y tres desaparecidos para completar el número de habitantes.

— ¿Solo tres?— pregunto y ambos asintieron, soltó un suspiro— retírense.

Ambos hombres hicieron una reverencia y se retiraron, había estado despierto mirando atentamente el techo de su habitación. No podía dormir, no cuando no sabía dónde estaba ella, ninguno de sus hombres le dio buenas noticias y Namjoon puso trabajar a cada hombre apenas y las cinco de la mañana se dieron.

Pasó su mano alborotando sus cabellos, no sabía qué hacer y su vista se nublaba, se levantó caminando hasta la ventana que daba al patio interno, ya el sol comenzaba a alumbrar y el solo cerró sus ojos dejando caer una lágrima.

—No he sido bueno, pero te pido... que ella este bien.

...

— ¡Señorita vuelva aquí!

— ¡Déjenme en paz!

Suny frunció el ceño mientras escuchaba a personas correr por el pasillo fuera de su habitación, terminaba de abotonar la camisa cuando escucho algunos disparos y basto tomar la de ella y salir.

— ¿Qué sucede?— pregunto.

—La señorita YangMí escapo, y ahora tiene un arma.

Suny bufo y tomo el saco, corrió por los pasillo buscando a la susodicha encontrándola inmediatamente cerca de la oficina de su jefe, antes de que la chica abriera la tomo de un brazo y estrello contra la pared.

— ¡Suéltame!— se removió— ¡No tienes derecho a tocarme!

— ¡Tú estabas encerrada mocosa!— algunos se acercaban a ver la escena— No debiste salir— dijo entre dientes.

— ¿Qué sucede aquí?— Seokjin salió del despacho, estaba bien vestido y fruncía su ceño mirándolos— ¿Por qué mierda estas fuera de tu habitación?

— ¡Eres un maldito infeliz!— YangMí gritaba— ¡Te he amado todos estos años y vienes hacerme a un lado por una perra!

—Cuida tu vocabulario conmigo— la señalo acercándose peligrosamente— te deje allí porque tu comportamiento no es de una persona en sus sentidos.

– ¡Entiende que te amo, Seokjin!— la chica lloro mientras Suny aun la tenía tomada del brazo— ella... ella terminara por encerrarte, te traicionara.

—Solo... llamare a un doctor para que te trate, ya pasaste mi limite.

— ¡No!— la chica empujo a Suny haciéndola trastabillar— ¡Por eso la mate! ¡Por eso incendie su casa y ahora está muerta!

Todo quedo en silencio, Seokjin estaba tan tenso que solo iba a caminar y acabar con ella pero una mano cálida tomo la suya sorprendiéndolo por el tacto y el aroma que emanaba. Dio la vuelta lentamente y choco su mirada con su guardaespaldas.

—Señor...— carraspeo— será mejor dejarla en su habitación, dígale a alguien que la atienda— señalo con la barbilla a la chica— está fuera de sí.

Seokjin deslizo lentamente su mano del joven sin quitar su mirada ni un segundo, por alguna razón se sintió familiarizado con su tacto y no quiso soltarlo, pero debía hacerlo. Era extraño que alguien lo tocara.

—Llévenla y enciérrenla...

Pero quedó callado cuando una bofetada volteo el rosto de Kim, Suny subió su mano hasta tocar su labio partido; por otra parte Soobin abrió los ojos enormemente al ver tal equivocación de la joven mujer.

— ¡Deja de meterte imbécil!

Suny solo rio y negó caminando a paso lento hacia ella, YangMí no bajo la cara y cuando la castaña estaba a punto de golpearla las alarmas se dispararon, bombillas que solían estar apagadas en cada esquina de algún pasillo se tiñeron de rojo y un ruido algo irritante sonó por todas partes. Algunos hombres comenzaron a correr, mientras Soobin, Suny, la chica y Seokjin quedaron el en pasillo.

—YangMí ve a tu habitación y enciérrate allí después hablaremos de esto— señalo con la voz gruesa, por alguna razón sus ojos estaban opacos y un aura oscura lo rodeaba.

— ¿Qué... sucede?— Soobin hablo cuando se asomó en el barandal de uno de los balcones, algunos guardias corrían con armas en mano.

—Sucede que...— Seokjin suspiro y miro lo mismo que el— alguien cruzo los límites de mi jodida propiedad, y hoy precisamente no tengo paciencia— sonó su cuello y miro a Suny— Kim, a mi lado al igual que usted Lee. — Camino a paso tranquilo abriendo las puertas de su despacho— hoy definidamente no estoy de humor.

— ¡Señor la policía ya está aquí!

— ¡Señor la policía ya está aquí!

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Mulán ⛩️Kim Seokjin⛩️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora