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Haruchiyo fue el primero en levantarse, por alguna razón no le gustaba perder el tiempo, y ordenar la casa lo tranquilizaba un poco.

Observó como las chicas y Takemichi seguían durmiendo así que cerró con cuidado la puerta de la habitación, fue al patio a buscar un poco de aire fresco hasta que sintió como alguien tocaba la puerta principal.

Tranquilamente abrió la puerta y vio a Mikey, lo saludó y este se adentró yendo al cuarto del ojiazul.
Abrió la puerta y cuidadosamente fue hacia el Hanagaki, comenzó a tocar sus cachetes, hasta que lo despertó.

—Takemicchi buenos días. Ya volvi— dijo animado Manjiro dirigiéndole una sonrisa al mencionado.

—Manjiro buenos dias— lo saludó Takemichi, casi siempre lo llamaba por su apodo y cuando decía su nombre lo ponía rojo como un tomate.

—Ya déjense de cursilerías y  permítanme dormir— habló Senju aún somnolienta, la voz de Mikey la despertó.

—Chicos. Buenos días— saludó Hinata adormilada.

El pelirosa miraba desde lejos, era normal que eso sucediera, pero a veces sentía un dolor en su pecho al no ser incluido en algunas ocasiones.

—Haruchiyo ven— escuchó decir a Takemichi, aún seguía en la cama y lo animaba a ir hacia ahí.

Un impulso lo hizo dirigirse al ojiazul y se sentó en donde dormía el pelinegro.
Era raro verlo reaccionar así pero les alegraba ver su progreso.

Mikey les dijo que Emma se quedaría en el hospital para asegurarse de que estuviera bien al igual que el bebé.
Todos se alegraron por la noticia, y ya planificaban ir a verla.

—¿Y como se llama el bebé?— le pregunto Hinata al ojigris, este la miro y se dio cuenta que no les dijo el nombre de su sobrino.

—Keitaro Ryuguji. Suena bien. Fue elección de Emma y Ken-chin. Estoy feliz por ellos— habló Mikey sonriendo.

(Keitaro: significa “bendecido” según mi investigación en Google)

—Suena bien. Takemichi vamos mañana, quiero ver al pequeño Kei— pidió Senju tomando el brazo del ojiazul.

—¿Quieren ir?— les pregunto el pelinegro a los presentes.

—Claro que si. Justamente mañana es sábado y yo no tengo trabajo— contestó Hinata.

—Iremos. Tengo curiosidad por ver al bebé. Hace años que no veo uno— comentó Haruchiyo.

—¿Hace cuanto que no ves uno Haru?— pregunto Senju.

—¿Qué edad tienes?— respondió el pelirosa haciendo enojar a su hermanita y provocando risas a los demás.

—¿Entonces mañana iremos?— esta vez Mikey habló, intentando no seguir riendo por lo que dijo el de las cicatrices.

—Tengo dos días libres, supongo que fue suerte— dicho esto por el Hanagaki,  todos se contentaron, esperaban a que nada les interrumpa sus planes, así que hicieron algunas llamadas y se aseguraron de todo.

Recordaban aquella vez que querían salir a un parque de diversiones hace dos años, habían llamado al Hinata de su trabajo diciéndole que faltaban las notas de uno de sus cursos. Arruinandole el humor, ella les dijo que si los había entregado y que estaba en una salida. Pero seguían reclamandole, así que ella se fue antes para arreglar el asunto.

No se divirtieron sin ella, por alguna razón sentían la ausencia de la pelinaranja, estaban acostumbrados a estar juntos, así que se marcharon del lugar.

Nuestro TakemichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora