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Advertencia +18⚠

No había palabras suficientes para describir la ausencia de Hina en la casa de los Hanagaki. La Tachibana hacia videollamada por la tarde, Pero no se comparaba con su presencia.  

—Haru, dice Hina que un paquete llegará a casa mañana, y que si puedes recibirlo— le habló Takemichi al pelirosa quien estaba comiendo pollo frito.

—Bien...— respondió haciendo una pausa, para el era de mala educación comer con la boca llena de comida.

—Takemicchi. Deja el celular un rato. Disfrutemos de comer el pollo frito que hizo Haruchiyo— dijo Mikey tomando de la mano al pelinegro.

—Bien— balbuceo el ojiazul dejando su celular a un lado.

Si bien amaba a todos, si faltaba alguien era como si le quitaran una parte de su corazón. Todos notaban un pequeño malestar en el Hanagaki, así que quisieron animarlo.

Lo visitaron en su cuarto, porque se había retirado de la sala, se encontraba acostado boca arriba mirando el techo.

—Haru... Senju... Mikey. ¿Qué hacen ahí?— pregunto confundido el ojiazul, los mencionados se escondían detrás del Akashi.

—Como no te vimos bien. Vinimos a verte— se explicó Senju con una sonrisa tímida.

Con una pequeña seña les pidió que se acercaran, hace mucho no dormían juntos. Manjiro y la peliblanca se acostaron a los lados de Takemichi y Haruchiyo encima.
Se miraban entre sí, querían transmitirle que no estaba solo y que ellos estaban con el.

—No estás solo ¿Si? Todos extrañamos a Hina-chan, pero ella volverá— está vez el que habló fue Mikey, acaricio la mejilla del Hanagaki y le dio un beso en los labios.

—¡Eh! ¡No es justo!— reclamó la única chica presente.— ¡Yo también quiero besar a Takemichi!—.

Una pequeña discusión entre esos dos comenzó, y al notarlo, el pelirosa no se quedó atrás y también besó al ojiazul, profundizó aquel beso jugando con la lengua del contrario y haciéndolo detenerse por la falta de aire.

Como burla le sacó la lengua, Senju hizo un puchero al ver a su propio hermano burlarse de ella.
Takemichi viendo todo esto no pudo evitar reírse de la situación, todos también se rieron levemente.

—Gracias...—agradeció, pero sintió un dolor en su entrepierna, el apasionado beso del de cicatrices e incluyendo el que le dio Mikey, había provocado que su miembro se pusiera duro.

En su rostro se notaba la vergüenza, un gran rubor parecía pintar su cara, los tres lo miraron y una pícara sonrisa se les formó.

—Sigues poniéndote duro cuando hay besos apasionados...— dijo Mikey acercándose al cuello del Hanagaki.

—Mikey tiene razón. Y tú pene es la prueba...— está vez Senju fue la que siguió hablando. Tal y como quiso antes, beso salvajemente a Takemichi.
Y Haruchiyo quien observaba a su hermana y al ojigris, quitó la frazada que cubría al pelinegro, tocó el bulto del pantalón de pijama de este y lo apretó.

—Se ve que necesitas liberar todo lo que hay aqui— sin más el pelirosa bajo el pantalón de Takemichi y comenzó a masturbarlo.

Con la fuerte estimulación que estaba teniendo de sus parejas, el Hanagaki llegó al orgasmo lo más rápido que pudo. Su cuerpo temblaba y la agitacion que sentía por el placer hacían que su mente se nublara y no pudiera pensar nada.

Sólo era el principio de una inesperada noche de sexo. Haruchiyo, Mikey y Senju empezaron a desnudarse y a dirigirse hacia un Takemichi que se recuperaba.
Los cuerpos fornidos de los dos chicos era realmente un espectáculo a la vista de cualquiera, al igual que de la Akashi menor.

Nuestro TakemichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora