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Día difícil...੭ु

Era una mañana bastante desalentadora, empezando por el hecho de que Jeno había despertado tarde, el pobre había caído rendido la noche anterior y gracias a ello, ahora estaba corriendo por su pequeño hogar tratando de hacer las cosas el doble de rápido.

Casi cae en la ducha, el desayuno se había quemado y había manchado su camisa, teniendo que correr a cambiarse.

Y todo, absolutamente todo, lo había hecho en silencio, tratando de no despertar al pequeño Jaemin que aún dormía acurrucado en la almohada.

Algo bastante sorprendente, pues Jeno no solía preocuparse por el sueño de los demás.

El día estaba nublado y una tormenta parecía estar cerca, Lee rezaba para que no lloviera pues había roto su paraguas y no había tenido tiempo para comprar otro.

En ese preciso momento, Jen trataba de preparar nuevamente un desayuno y no precisamente para él. No tenía tiempo para sentarse a desayunar, pero si tenía que alimentar al pequeño dormilón. Esta vez había preparado leche caliente con pequeños panqueques, perfectos para un día tan fresco.

Los sirvió y como había hecho el día anterior, lo llevó hasta su habitación para darle de comer al hada. Con bastante dificultad había logrado despertar a Jaemin, quien obviamente no se había negado a la dulce comida.

Jeno podía decir con certeza que, a pesar de no tener un gran día, el ver al chiquito disfrutar de su comida le alegraba demasiado.

Una vez que el pequeño había terminado, le dijo que lo mejor era que se quedase en el departamento, pues hacía frío y no tenía paraguas para evitar mojarse. Lo que menos quería era que el pequeño pesque algún resfriado. Jaemin aceptó no muy convencido, él quería estar siempre al lado de Jeno, pero tampoco quería llevarle la contraria cuando ya parecía bastante estresado.

Lee rápidamente se retiró de su hogar, dejando a Jaemin solo, preparado para hacer de las suyas. El más grande sólo pedía por favor que al regresar, la casa y el hada siguieran enteros.

Jeno se sentía estresado, los clientes parecían bastante histéricos y molestos, aunque no sabía la razón

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Jeno se sentía estresado, los clientes parecían bastante histéricos y molestos, aunque no sabía la razón. O tal vez era él, que no soportaba a nada ni a nadie.

Su teléfono sonó y suspiró al ver que era un número bastante conocido y molesto. No quería atender y podía usar la excusa de que estaba trabajando, pero sabía que sería totalmente inútil. Aprovechó que ya había terminado con su cliente para atender.

— Hola mamá...— Dijo una vez tenía el móvil contra su oído, alejándose un poco del bullicio de la gente.

Hola Jeno, lamento molestar, pero necesito saber si vendrás este domingo. — El tono de su madre podía parecer dulce, pero sabía perfectamente que era una de sus típicas maneras de decir "Si no vienes tú, iré yo misma a buscarte y te traeré a rastras tirando de tus orejas".

Cuentos de Hadas II NOMIN (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora