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Misión... ੭ु


La situación actual era ¿Incómoda?, el castaño no sabía cómo definirla exactamente. Luego de la extraña presentación de la pequeña criatura, había quedado la habitación en total silencio.

Jeno y el pequeño se miraban mutuamente, uno tratando de procesar la información y otro con una mirada llena de alegría. Lee cerro los ojos por unos segundos y volvió a abrirlos, deseando que esa adorable criatura frente a él sea un simple producto de su imaginación, creado por su falta de sueño.

Lamentablemente, el pequeño seguía ahí, esperando por alguna acción del contrario. El castaño, cansado de la extraña situación, se alejó de su ventana y fue directo a su cama, recostándose sobre ella, cerrando los ojos.

—Tranquilo Jeno, no ha pasado nada, solo son tonterías tuyas... solo duerme un rato y cuando despiertes nada de esto será real...— Susurraba tratando de convencerse a sí mismo.

No obstante, no pudo siquiera poner en marcha su plan, pues unos suaves toques en su mejilla lo trajeron nuevamente a su realidad, abriendo los ojos para encontrar al pequeño frente a su rostro, luciendo un tanto avergonzado.

—Yo... sé que tal vez sea extraño para ti, pero por favor no me ignores...— Su tono de voz era sumamente bajo. Lentamente se acercó un poco más al castaño. — Yo soy un hada guardián, cada uno de nosotros es asignado a un humano que realmente nos necesite. — Se sentó en la almohada donde Lee reposaba su cabeza, estirando una manita para dejar caricias sobre el cabello del recién nombrado. — Tú no eres feliz Jeno, y mi deber es ayudarte a que lo seas, no sé exactamente como, pero de eso se trata, de ayudar a buscar tu felicidad... Luego de eso yo me iré y podrás pretender que nada ha pasado.

Jeno se incorporó sobre la cama, acomodándose para tener una mejor vista de la dulce hada. A decir verdad, era un pequeñín bastante tierno. Su cabello era rubio y llevaba consigo un pequeño sombrerito, tenía una camisa color crema y unos pantalones bastante peluditos color ocre. Y por supuesto, no olvidemos sus alas, eran de un color bronce, parecían degradadas desde su nacimiento hasta el final, donde aparentaban perderse en el aire, haciéndolas ver totalmente mágicas y a la vez muy frágiles y delicadas.

Era realmente muy bonito...

—Creo... creo que está bien. — Jeno no sabía cómo contestar a las palabras del bonito ser delante de él, era una experiencia completamente nueva, que hace solo un día atrás creía totalmente inimaginable.

Jaemin sonrió comprensivo, entendía completamente a Lee. Sabía que era algo nuevo para el chico y que tardaría unos días en acostumbrarse con totalidad. Fregó con cuidado sus ojos y miró hacia el reloj en la mesa de noche, ya era bastante tarde, por lo que decidió hablar.

— Jeno, sé que tu idea es estudiar, pero tus ojeras son demasiado oscuras y se nota demasiado lo cansado que estás... Ya es tarde, ¿No crees que lo mejor es dormir? — hablo al ver al chico tomando uno de sus libros, e intentando leer sobre su cama. Los ojos de este apenas se podían mantener abiertos.

Lee, al escuchar a Jaemin, lo pensó por un instante. Sabía que debía estudiar, pero también era consciente de que últimamente apenas había podido dormir y eso no era nada bueno para su salud.

Lentamente asintió y cerró su libro, dejándolo a un lado. Con cuidado volvió a recostarse, tapándose con una manta para evitar sentir frío en la noche. cerrando sus ojos pudo sentir como el pequeñín apagaba las luces y unos segundos después, como este se acomodaba a un lado suyo, sobre una almohada.

Cuentos de Hadas II NOMIN (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora