Cuentos de Hadas II NOMIN (Adaptación)

EPILOGO

Un año después...੭ु

Las risas de la pareja resonaban por toda la sala mientras que un hada de cabello castaño hacía un pequeño berrinche sobre la mesita frente a ellos.

El pequeño y dulce Hendery no estaba nada feliz con su nueva misión, y no era que se quejara por la misión en sí.

Le habían asignado un humano que había estado desanimado por bastante tiempo, parecía necesitar un impulso para seguir adelante y alcanzar sus metas.

Tae estaba para ayudarlo.

Pero el humano no le hacía caso, lo ignoraba y no respondía a sus intentos de animarlo.

— ¡No puedo creerlo, el solo se dio la vuelta y se fue! — Sacudía sus manitas enojado. — ¡Ni siquiera le importó dejarme solo!... ¡¿De qué se ríen?!— Estaba tan enojadito que no entendía las risas de sus amigos.

— Tranquilo Dery, sé que puede ser difícil, pero esas cosas pueden llegar a pasar. — Dijo Jaemin un poco más tranquilo tratando de calmar al hada berrinchuda frente a él. — Solo ten paciencia, cuando menos lo esperes él será como un nuevo amigo, solo tienes que seguir intentando.

— Pero él parece no querer ayuda, solo escucha música y no me deja acercarme...— Sonó un poco más tranquilo, pero de igual manera desanimado.

— ¿Puedo saber qué edad tiene tu humano? — Preguntó Jeno curioso.

Dery lo pensó un momento para luego asentir para sí mismo y hablar.

— Es un poco más grande que tú, asiste a tu universidad y tal vez lo conozcas... Se llama Xia De jun.

Tanto Jaemin como Jeno se sorprendieron al oír ese nombre.

— ¡¿Xiaojun?! ¡¿Nuestro Min Xiaojun?!— Dijo Jaemin un poco alterado. — ¡Es nuestro amigo, Dery!

—¿En serio? Vaya, que pequeño es el mundo...— Quedó en silencio unos segundos hasta que reaccionó. — ¡Entonces ustedes podrían ayudarme! Por favor, díganle que me haga caso, no sucederá nada, pero tienen que decirle que haga las cosas que digo... No me gusta esto.

— No podemos interferir, Dery. — Na lo miro comprensivo, pero con un poco de malestar por no poder hacer mucho por su amigo. — Eso estaría mal, no quiero meterte en problemas.

— Pero no se enterará nadie, además tú eras un hada y ahora eres humano, eso también estaba prohibido y aquí estás con tu enamorado. — Miró a ambos con ojitos suplicantes, y tan tiernos que nadie podría resistirse. — Por favor, ¿Sí? — Dijo haciendo un pucherito.

— Bien, trataremos de ayudar, solo porque jun ha estado distante estos días y no nos gusta nada. — Le respondió Jeno, haciendo que Jaemin lo mirase de mala manera.

— Sabes que eso está mal, no podemos dejar que nadie se entere sobre nuestro conocimiento sobre las hadas. — Jaemin cruzó sus brazos con disimulado enojo.

— Vamos mi amor, sabes que Xiaojun es confiable y un gran amigo...

— No puedes resistirte ante los ojitos de Dery, ¿No es así? — Preguntó Na sin rodeos.

— No, lo lamento. — Respondió Jeno rendido.

— Bien, yo tampoco. — Dijo finalmente para volver su vista a su amigo quien sonreía triunfante. — ¿Qué es lo que necesitas, Dery?

— No es tanto...

Tae siguió contando su plan para ayudar a Min juntocon sus dos amigos en quienes obviamente podría confiar.

— ¿Crees que sea buena idea ayudar a Dery? — Preguntó Jaemin abrazando la cintura de su novio mientras descansaban sobre la cama. Jeno le hacía mimos en su cabello.

— Si, sé que Xiaojun lo necesita y también sé que puedo confiar en él, no hay que preocuparse demasiado. — Soltó un pequeño suspiro de cansancio. — ¿Yo también fui tan complicado?

— No, solo un poco serio al principio, no te soltabas tan fácil... Pero fuiste muy bueno conmigo, aunque te haya sorprendido mucho al principio. — Apoyó su mentón sobre el pecho de Lee para mirarlo a los ojos. — Siempre fuiste alguien dulce y amable, no has cambiado, solo aprendiste a liberar todos tus sentimientos y pensamientos sin miedo.

— Solo gracias a ti, Jaeminie. — Susurró.

— No Jeno, es solo por ti, yo solo te he dado un empujoncito. — Dejó un pequeño beso en el mentón del pelinegro. — Te amo mucho Jeno, mi misión era hacerte feliz a ti, pero también me has hecho feliz a mí.

— ¿Somos la felicidad del otro? — Jaemin asintió suavemente. — Entonces me alegra demasiado hacerte feliz tanto como tú me haces a mí, porque nada me trae más felicidad que ver tu hermosa sonrisa o tus brillantes ojitos, bebé.

— Eres muy cursi...

— Tú me haces ser de esta forma, bonito.

Jaemin no respondió, solo interrumpió las cursilerías de su pareja dándole un lento y suave beso en los labios, lleno de cariño y sentimientos empalagosos que ambos sentían por el otro. Al separarse, Jeno sonrió y habló nuevamente.

— ¿Esta es tu forma de callarme? — Preguntó Jeno con diversión.

— Sip, me gusta interrumpir tus discursos amorosos con besos. — Contestó el rubio inocente.

— Entonces diré esos discursos amorosos y cursis más seguido, adoro tus besos, es como besar nubecitas, suaves y esponjosas.

— Deja de decir tonterías, Jeno. — Dijo Jaemin con sus cachetitos rojos.

— Entonces ven y cállame nuevamente...

Y como pidió Jeno, Jaemin volvió a besarlo una y otra vez sin cansarse, pues amaba besar y darle cariño a la persona que más amaba en el mundo. Y Lee no tenía ninguna queja, le encantaba esas sesiones de cariños junto a su amado pequeño.

Esos dos estaban destinados a estar juntos, no había nada más puro y lindo que su amor.

Un amor que algunos creían que solo existían en cuentos de hadas...