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Advertencia: +18

Mi cuerpo estaba cansado, había pasado varías horas desde que comenzo sus rut pude ver por la ventana que estaba amaneciendo, ¿Cuantas horas había pasado exactamente? No lo sé, lo único que sabía era que era otro día, no habíamos parado ni un momento a descansar.

Estaba en cuatro sobre la cama, dejando mi culo a la vista de Rindou, él apretó mis nalgas con fuerza no pude evitar gemir, Ran aprovechó ese momento para poner su miembro dentro de mi boca.

Ran tenía él cabello suelto, el Haitani mayor tomó un puñado de mi cabello comenzó a guiarme haciéndo un vaivén entre su pene y mi boca.

Sentí los dientes de Rindou morder una de mis nalgas para después abrirlas y colocar su cara en medio de ellas, pude sentir su aliento caliente, Rindou hundió su cara dentro de mi culo mamando y chupando, su lengua hacia círculos al rededor, mis gemidos no se hicieron esperar pero fueron ahogados por el pene de Ran en mi boca.

-Tu agujero es delicioso, todo de tí es delicioso- Dijo Rindou, acomodó su miembro en mi agujero entrando poco a poco.

Apenas el miembro de Rindou entró completamente en mí, comenzo a moverse sus embestidas eran profundas y fuertes.

Intente tocar mi clítoris para poder masturbarme, Rindou al ver esto golpeo fuertemente mi nalga haciendo que me detenga inmediatamente.

-¿Quién te dio permiso de poder tocarte?- Rindou dijo.

Quería contentar pero no podía, Ran sujeto con un poco más de fuerza mi cabello haciendo que vaya más profundo sus embestidas en mi boca, todo indicaba que se vendría pronto.

Y asi fue Ran se vino dentro de mi boca, esta vez se había venido más de lo normal estaba tan excitado que a los segundos de terminar, su pene se volvió a parar de nuevo.

Parecía que esto no iba a terminar nunca.

Rindou jalo mi cuerpo aún estando dentro de mí, haciendo que quede sentada sobre él.

-Mirate, eres un desastre, bebé- Rindou agarro mi mandíbula haciendo girar mi cabeza y mirar mi reflejo en el gran espejo de la pared.

Y era verdad, por dónde me mirará era un desastre mi cuerpo estaba completo de marcas y chupetones de diferentes tamaños, mi mirada bajo y hizo contacto con los ojos amarillos de Rindou, este me abrazaba con posesividad mientras me miraba fijamente, lamio una de mis orejas haciendo estremecer mi cuerpo.

-No importa a dónde vayas, incluso si estamos separados tu cuerpo, tu amor y alma siempre nos pertenecerá- sus embestidas cada vez eran más rápidas.

Gire mi cabeza para poder verlo, sin desaprovechar la oportunidad Rindou devoró mi boca en un beso candente y salvaje.

El aire me estaba faltando Rindou al ver eso se separó de mí dejándome respirar

-No se como se siente estar en celo, pero puedo comprender por todo lo que estás pasando, no me iré a ningún lado así que trata de ser menos brusco- Rindou al escucharme decir eso bajo la intensidad de sus embestidas pero sin dejar de ser profundas y firmes.

Volvimos a unir nuestros labios, Rindou dio unas cuántas embestidas más y se vino dentro de mi, finalizó el beso con una mordida en mi labio inferior.

Las sabanas estaban llenas de semen y ni hablar de mi interior, apenas Rindou salió de mi Ran se abalanzó tumbándome a la cama.

Su respiración caliente choco con mi cuello sensible erizando mi piel, bajo poco a poco hasta llegar a mi pecho hundiendo su cara en medio de mis senos.

𝐒𝐎𝐘 𝐁𝐄𝐓𝐀 | 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora