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<< Lo único que recuerdo de mi infancia es un cuarto sucio, la humedad de la casa hacia que mi cuerpo se congele de frío, el olor de alcohol en mi madre me daban náuseas, pero no podía quejarme por que a penas abriría la boca su mano golpearia salvajemente mi rostro.

-Mamá, tengo hambre- dije moviendola ligeramente, su cuerpo se encontraba ensangrentado tenía muchos moretones en todo su cuerpo.

Un quejido salió de sus labios, mi madre se levantó lentamente mientras se dirigía a la mesa, de su cartera saco unos centavos y me los entregó.

-Mamá no tiene más dinero, perdón Ran- dijo.

Mi madre era una omega alcohólica, todos los moretones que tenía en su cuerpo era a causa de mi padre un maldito alfa violento y drogadicto.

-Papá se molesto por que les dí mucho dinero ayer, es por eso que nos golpeo- dijo mientras acariciaba mi mejilla maltratada.

-Pero el dinero que nos diste fue para comer, mamá el tobillo de Rindou cada vez se encuentra peor-

Papá nos había golpeado a los tres la noche anterior por que mamá nos había dado "mucho dinero", no le había alcanzado para comprar su maldita droga.

-Rindou por el miedo de ver a papá furioso salió corriendo hacía la puerta, pero sus cortas piernas de tan solo un niño de siete años no pudieron con la velocidad de papá, cuándo atrapó a Rindou lo golpeo hasta cansarse y la parte que más sufrió fue su tobillo.

A pesar de nuestras súplicas él nunca se detuvo, nos siguió golpeando hasta quedarse dormido.

-Hazte cargo tú, eres el hermano mayor después de todo- dijo mi madre mientras se dirigía cojiando hasta su recámara -Me metí en varios problemas con su padre por sus culpas-

Me dirigí hasta la cocina, nosotros no teníamos un cuarto nisiquiera una cama dónde dormir, Rindou y yo dormiamos a lado de la estufa, nuestra cama consistía en cartones con un par de sabanas.

-Rindou- llame.

El abrió sus ojos y me miro, estaba envuelto entre las sabanas mientras temblaba de frío.

Toque su frente con mi mano, su fiebre cada vez empeoraba.

-Hermano tengo frío.......y hambre-

Que podía hacer yo tan solo tenía ocho años, los vecinos sabían todos los abusos que mi padre nos hacia, pero nunca se atrevieron a llamar a la policía, simplemente no los importaba, nadie tenía piedad de nosotros.

-Saldré a comprar comida- dije -Te llevaré conmigo, sube en mi espalda- sabía que Rindou no podía caminar por su tobillo lastimado, pero no quería dejarlo solo, mi padre en cualquier momento llegaría a casa y solo por diversión comenzaría a golpear a Rindou, mamá ni siquiera se metería a defenderlo.

-No puedo, t-tengo frío- dijo Rindou mientras cerraba sus ojos.

Mi hermano estaba muy débil para salir, pero no quería dejarlo solo.

-¿Puedes ir tú sólo? Yo me escondere y no haré ruido para que papá no me vea- dijo Rindou aún con los ojos cerrados.

-Prometo que regresaré rápido- dije mirándolo por última vez antes de salir de casa.

Me dolía ver a mi hermano en ese estado, era tan pequeño para que experimentará esas cosas, tenía tantas preocupaciones en la cabeza tan solo siendo un niño.

¿No éramos demasiado jóvenes para vivir esto?

Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a un pequeño mercado, a pesar que muchas personas vieron en las condiciones que estaba solo me ignoraron, nadie se acercó a preguntarme si me pasaba algo.

𝐒𝐎𝐘 𝐁𝐄𝐓𝐀 | 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora