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-Yo no voy a prohibir que vean a sus hijos, después de todo ustedes son sus padres- mire directamente a los ojos de los Haitani amenazadoramente -No sé en que tipo de negocios estan metidos, pero si algo les llega a pasar a mis hijos por su culpa, jamás volveran a verlos-

-Jamás dejaríamos que algo les pase- Podía ver la determinación de Ran en sus palabras, pero aún así su rostro reflejaba dolor por su herida.

-Deja que Rindou te cure, yo agarraré a los mellizos- dije agarrando a Riku de los brazos de Ran, luego agarre a Reiko -Me mantendré cerca, así que dejate curar-

Me senté en una esquina de la habitación esperando que Rindou cure a su hermano, tampoco podía irme tan lejos, los bebés estaban teniendo una conexión con sus padres no podía interrumpir llevándolos tan lejos.

Apesar que Rindou esta curando a Ran, este último no despegaba sus ojos de los mellizos tal vez tenía miedo que los llevará, eso no pasaría, al igual que su hermano Rindou miraba de reojo a sus hijos ya que estaba curando a su hermano.

Todo era silencioso a excepción de algunos quejidos que Ran dejaba escapar y los mellizos balbuceando algunas palabras incoherentes.

El sonido de la puerta principal siendo abierta llamó mi también, unos pasos se escucharon hasta llegar al cuarto dónde estábamos, sabía que era Kazutora.

La puerta se abrió lentamente para que finalmente Kazutora entrará al cuarto, en su brazo traía un bolsón, supuse que adentro estaba las colchas de los mellizos.

-Con razón estos olores se me hacían conocidos- Kazutora miro a los Haitani al igual que ellos miraron a Kazutora, el ambiente se volvió un poco pesado -Por un momento me asuste cuando olí sangre, felizmente no estás herida, ni los mellizos- Kazutora se acercó a mi dejando el bolsón sobre el sillón, gentilmente acarició mi mejilla.

-Kazutora, yo.......- trate de explicar todo lo que había ocurrido durante todo este tiempo que él no estuvo, pero él me detuvo.

-Esta bien no te esfuerces, debes estar mentalmente cansada, puedes explicarme cuando te sientas mejor- acarició la cabeza de los mellizos desarmando un poco sus cabellos -Estoy cansado, iré a prepararme algo para tomar- Kazutora salió del cuarto a pasos despacios.

Sabía que detrás de esa tranquilidad que mostraba Kazutora se encontraba nervioso y para que no vea su nerviosismo prefiere mantenerse lejos de mi.

El cuarto volvió a quedar en silencio, no se exactamente cuanto tiempo había pasado, los mellizos estaban inquietos por ir dónde sus padres, la primera en escaparse de mi agarre fue Reiko seguido de su hermano.

Trate de atraparlos, pero una voz me detuvo.

-Esta bien, ya termine- dijo Rindou atrapando a los mellizos.

Levante mi mirada y pude ver a Ran, estaba sudando después de todo Rindou no uso ninguna clase de anestesia para sacar la bala, debe sentir mucho dolor.

Quería pregubarle si ¿Estaba bien? Pero preferí mantenerme en silencio, pude ver como Ran extendía sus brazos para recibir a Reiko, Rindou por su parte se sentó en el mueble junto a su hermano, en sus brazos tenía a Riku.

Sus rostros demostraban felicidad, esa sonrisa tan sincera y esos ojos llenos de amor con los que miraban a sus hijos se sentía bien, sin duda ellos amaban a los mellizos.

Con esfuerzo Ran recosto a Reiko en su pecho, ella poco a poco estaba cerrando sus ojos.

-Duerme mi pequeña niña, papá estará aquí protegiéndote- Ran acariciaba el cabello de Reiko delicadamente.

𝐒𝐎𝐘 𝐁𝐄𝐓𝐀 | 𝐇𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora