Karma

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Dazai era el apellido o apodo que Osamu se inventó para no ser llamado por su nombre y que nadie supiera que era hijo de uno de los millonarios de Yokohama. Él y Ranpo tienen apellidos falsos por seguridad.

Los hermanos Fukuzawa se encontraban en su habitación compartida. Si bien, cada quien tenía también una habitación propia, en ocasiones, preferían dormir en la misma compartida para platicar antes de quedarse dormidos.

Cada uno desde su cama, bastante relajados y cómodos. Tuvieron la suerte de nacer millonarios, de tener muchas propiedades en todo Yokohama, de que su madre es un gran médico y su padre detective. Pero no por tenerlo todo estaban libres de problemas.

Ranpo tenía sus preocupaciones, y Dazai las suyas.

— Hermanito. ¿Estás despierto?

Preguntó el Detective a Dazai. Quería contarle uno de sus secretos.

— No.

— Conocí a un chico. Su nombre es Edgar y es extranjero. Empezamos a salir ayer...

Respondió tímido.

— ¡Eso es genial, Ranpo! ¿Cuándo lo traerás a presentar? ¿Cómo es él?

— Es un chico muy extraño. Bueno, es muy agradable también.

— Me alegro. Ranpo. Tengo un problema enorme.

— Dime. Seré el baúl de tus secretos.

Dazai tragó saliva antes de continuar. Sentía pena, vergüenza, desafortunado. Él sí tenía deseos de ser padre, pero diez años después, no ahora. Estaba molesto consigo mismo por la existencia de ese diminuto ser. Pero tampoco quería dejar solo a Chūya, cuando estaba tan acostumbrado a él.

— Voy a tener un hijo.

Dijo serio. Ranpo sintió que su corazón se detuvo, y poco a poco fue procesando esa información.

— ¿U-Un bebé? ¿Con quién, Osamu?  Tú no tienes pareja. Tú eres...

— Es un doncel. Nosotros nos hemos estado viendo desde hace un año. Pero creíamos que él era infértil y que sus probabilidades de embarazo eran bajas. Pero no fue así. Ahora no sé qué hacer. Estoy asustado. Creo que es buen momento para cometer suicidio y...

— Hiciste mal, Osamu. Muy mal. ¿Qué harás ahora? Si papá y mamá se enteran seguramente van a molestarse mucho. Eras su orgullo en cuanto al futuro médico de la familia. Con un hijo, ni tú ni ese doncel podrán terminar su carrera.

— ¡Lo haremos! Yo no dejaré mis estudios ni a él sólo porque hay un entrometido de por medio.

— ¿Entrometido es como llamarás a tu hijo? Cuando nazca, mejor denlo en adopción. Ese niño no merece una familia que no lo espera con felicidad. Pobre bebé.

La decepción de Ranpo era notoria. Ya no quiso seguir con el tema, simplemente se acomodó mejor para dormir, sin decir más.

A la mañana siguiente, Chūya se había levantado muy temprano para ir a una tienda de ropa, y ver la sección de los bebés. Quería hacer el intento de no odiar a su hijo y distraerse viendo pequeños trajes que podría ponerle cuando naciera.

— Si eres un niño, te llamaré Atsushi. ¿Te gusta? Atsushito. Si te desagrada, me da igual, después de todo no sé lo que Dazai y yo decidamos hacer contigo.

Unos quejidos de bebé se escucharon a sus espaldas. Volteó.

— ¡Hola, Nakahara! ¿De compras? ¿No me digas que también te dejaron preñado?

"Fyodor"

— ¿Qué? ¡No! Vine aquí a comprar algo para tu mocosillo ese.

Fyodor se frotó con una de sus mejillas, en la cabellera del bebé Ryū. Era suave.

— Mi "mocosillo" se llama Ryūnosuke. Y no necesita nada de tí. Así que, no te molestes.

— Fyodor. ¿Es difícil cuidar un bebé?

Lo es. Es el mismísimo infierno en vida. Es algo terrible y que asusta mucho.

Su propósito, atormentar más a Chūya como venganza de burlarse de él hace un mes. Fue ahí cuando Ryū, vomitó leche en el hombro de su madre.

"Que asco".

Incontrolable Sensación [+18, SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora