Pesadilla

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En un pueblo alejado de Yokohama, en la zona más rural que pueda haber... Terracería, casas de lámina, árboles...

Chūya Nakahara lavaba ropa en un lavadero tradicional, usando una pileta, jabón en polvo y un cepillo. Estaba agotado, y tenía un pañuelo sobre su cabeza sujetando su cabellera.

- ¡Mami, mami! ¡Mírame! ¡Soy el Rey del castillo!

El pequeño Atsushi, de cinco años, jugaba en la cima de una montaña de tierra cercana al río. Era bastante peligroso estar ahí.

- ¡¡¿AHH?!! ¡¡BAJA DE AHÍ, NIÑO!! ¡¡ME VAS A MATAR DE UN SUSTO!!

Atsushi rió travieso, y comenzó a dar pequeños saltos en la cima de la montaña.

- ¡¡¿ME RETAS?!!

Chūya dejó el lavadero para ir a bajar a Atsushi de ahí con ayuda de su habilidad. Una vez Atsushi estaba en sus brazos, entró con él al interior de la casita de lámina donde vivían, y lo sentó sobre una silla alta de madera.

- Atsushi. ¿Por qué demonios no me obedeces? Soy tu mamá y sé que es peligroso hacer eso que estabas haciendo. Podrías haber resbalado y caído al río. ¿Sabes qué sucede cuando alguien cae al río?

Atsushi se quedó en silencio, mirando a los ojos al mayor.

- Se ahoga, se muere, Atsu. Yo no quiero que me dejes solo. ¿Me prometes que vas a hacerme caso cuando te advierto de algo?

- Sí, mami. Perdón. Yo no quiero dejarte solo. Papá ya nos dejó solos. Ni siquiera conocí a papá.

Chūya lo abrazó con ternura para animarlo.

- No es culpa suya que sus padres se lo llevaron lejos. Algún día estaremos con papá y podrás conocerlo. ¿Está bien?

- Sí. Quiero conocer a papá.

Mientras tanto, Dazai disfrutaba de su soltería en Tokio.

En una lujosa mansión...

Dazai lidiaba con un Atsushi de dos años de edad. El niño no quería comer nada de lo que él preparara para él, ya que no le gustaba como padre.

El castaño estaba cansado de la situación. Preparó una nueva papilla de frutas a Atsushi y se sentó junto a él para alimentarlo.

- Venga, Atsushito. Come. Papi se pondrá triste si no comes. Está rico.

Insistía. El niño negó con la cabeza empujando el plato con ambas manos. Comenzó a llorar.

- Nonono, no llores. T-Tranquilo. Te buscaré otra cosa...

- ¡Papi, esho no!

Dazai y Chūya habían pasado otra noche llena de acción, aprovechando el nuevo viaje de los padres de Chūya.

Cada uno despertó con una pesadilla aterradora. Chūya soñó que era madre soltero, y Dazai, que su hijo no lo quería. Tenían miedo de que sus pesadillas se hicieran realidad en el futuro.

Dazai fue empujado por Chūya hasta llegar al suelo.

- ¡Chūya! ¿Qué te sucede?

Cuestionó desde abajo. Pronto se levantó y tomó un lugar en la cama.

- ¡¿ESO PIENSAS HACER, ESTÚPIDO?! ¡¿PIENSAS ABANDONARME CON EL MOCOSO?!

- ¡¿AH?! ¡N-Nunca haría eso, Chūya..! Estoy muy asustado de que Atsushito no me quiera pero no te dejaré... P-Podríamos darlo en adopción nomás nazca...

Chūya no contestó nada. De nuevo estaba sensible y comenzó a llorar en silencio mientras abrazaba su almohada.

- ¿Chūya?

- No me hagas caso, Dazai. Soñé a un Atsushi de cinco años que dijo que no me dejaría solo y yo... Pienso abandonarlo. Ví a Fyodor con la ratita y me causó cierta ternura y asco a la vez. Estoy molesto porque yo no soy así. No debería ser de ese modo. Es vergonzoso porque nos reímos de Fyodor aquel día... Así que yo... C-Creo que quiero criar a ese niño sin importar si me abandonas o no. Pero no tengo idea de cómo hacer para que mis padres no se enteren.

- Chūya... Sólo fue un sueño. Un mal sueño. ¿Por qué deberías creer en las palabras de un niño que aún no nace? No viajaste en el tiempo. Si nos quedamos con él, estaremos en problemas serios. Por favor, piensa mejor las cosas. Atsushito sería muy feliz con una familia que en verdad desee hijos, y no con nosotros.

- S-Supongo que tienes razón... Dazai, iremos buscando una familia que quiera un bebé, para llegar a un acuerdo con ellos y se lo lleven el día en que nazca.

- Claro. De ese modo no habrá problema.

Incontrolable Sensación [+18, SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora