El detective Hwang Jun-ho investiga la desaparición de su hermano. Su nueva compañera de trabajo (Eun-hye), comienza el entrenamiento de principiante teniendo como guía a Hwang. Al mismo tiempo, se ve involucrada en aquel asunto sospechoso tras una...
Nos encontrábamos en un restaurante popular de Corea. Siempre leí las reseñas que dejaban los clientes y desde hacía tiempo que quería visitarlo, así que aproveché la oportunidad para conocerlo junto al detective Hwang. La estética del lugar es una combinación entre moderno y minimalista con algunas plantas de decoración y luces cálidas.
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Nuestra orden ya estaba servida en la mesa y habíamos empezado a conversar mientras comíamos. No me había dado cuenta anteriormente pero me agradaba bastante este tipo de momentos cuando podíamos dejar de lado nuestros títulos de trabajo y simplemente dirigirnos la palabra como viejos amigos.
Sentía que de esta manera podía conocer más a profundidad a Jun-ho y me olvidaba por completo de su otra personalidad en la estación. Me agradaría que fuera así conmigo siempre, pero supongo que en el trabajo no hay nadie que pueda cambiar su carácter.
—Creí que ibas a estar molesta conmigo...—dijo Hwang desde su lugar.
—¿Por qué?— pregunté intentando recordar lo sucedido últimamente.
—Por lo que te dije en el hospital esta mañana... Sobre que tus dos semanas de prueba nunca existieron —repitió apenado.
—Realmente ya lo sabía —dije con un poco de resentimiento.
—¿Enserio? —me miró atentamente.
—Todos en la estación me lo hacían saber —miré hacia mi plato.
—¿Y por qué nunca me lo reclamaste?
—Aunque todos dijeran algo distinto... incluso si se trataba de la verdad, siempre tuve que obedecer a tu palabra ya que eras mi jefe, así que la única opción que me quedaba era seguir tus instrucciones hasta que me consideraras apta para el puesto. No importaba si los demás creían que era una tonta por dejarme tratar de ese modo, después de todo a la única persona a quien debía impresionar era a ti —respondí con cierta nostalgia.
Hwang me miró por un par de segundos reflejando algo de arrepentimiento en su rostro.
—Debió ser difícil para ti tener que escuchar a todos hablando a tus espaldas sobre el trato que recibías de mí, seguramente te sentías apenada pero al mismo tiempo molesta por no tener otra opción. Sin embargo, lograste hacerlo incluso mejor de lo que todos esperaban.
Lo miré a los ojos aceptando sus palabras.
—¿Entonces... puedo saber cuál era el verdadero motivo de tu comportamiento? ¿Realmente no te agradaba para nada? —pregunté sintiendo un poco de nervios al finalmente tener la posibilidad de obtener aquella respuesta.
—No se trataba de si me agradabas o no —se detuvo por unos segundos mientras llevaba la mirada abajo como si no estuviera muy seguro de hablar, pero finalmente levantó la vista de nuevo para responder—. Seguramente vas a pensar que soy un idiota después de contarte esto... —rió levemente.