14- Disipar la mente

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𝑳𝒂 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒄𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒔𝒆 𝒄𝒂𝒃𝒓𝒆𝒂.

_Sabrina Brandon_

Capi/Dedicado a: Tefy_moran_

𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 14- 𝗗𝗶𝘀𝗽𝗮𝗿 𝗹𝗮 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲:

𝗖𝗵𝗮𝗻𝘁𝗮𝗹:

-¿Te fue mal en el examen? - me pregunta mamá, sigue de insistente...

-Estoy bien - le dije por décima o trigésima vez.

Mi madre me sonrió preocupada y apretó mis manos .

-Estoy aquí, cariño, aquí para ti - pasó sus dedos por mi muñeca y me miró con amor, preocupación...

Me mordí el labio fuertemente, necesitaba que las lágrimas no salieran.

-La he cagado... - dije cuidando mis palabras para no decir algo de más - la he cagado gravísimo, mamá, la vida de todos.

Y ella rodó, lo que tanto quería que no saliese salió de mi. La lágrima.

-Oh, querida - mamá se paró de su silla y me abrazo con fuerza, lloré en su pecho mientras ella me consolaba.

-Cariño, dime, dilo y te sentirás mejor.

A la mierda, todos dicen esa cosa, que si decimos lo que nos pasa nos sentiremos mejor, no siempre es así. Yo no me sentiría orgullosa de ver la mirada que me daría mi madre de saber lo que había hecho.

-La felicidad se cabrea - me límite a decir.

-Sabrina Brandon - concluyó mi madre, ella la había escuchado muchas veces de mi boca.

-Mamá...

-Sueltalo, no te prometo ayudarte pero te voy a escuchar.

Mamá limpió mis lágrimas esperando que dijiese algo.

-Estoy peliada con las dos A - dije sonriendo tristemente. Mi madre entendió perfectamente.

No.
Era mentira, no estaba peliada, por lo menos no con los dos; con uno me acosté y a el otro lo engañe.

-Ariel te ama y Arblet no puede vivir sin ti - contestó mi madre mirando su reloj.

-Vas tarde - le dije y ella negó - mamá estoy bien - ella torció los labios.

-¿Sabes? Los pacientes ya me aburren y esas personas que quieren ver a sus familiares a toda costa.

-Te van a despedir por mi.

-Se puede ir a la mierda o al mismo diablo, además, el Doctor Caster...

-Entendi. - le interrumpí.

Caster era su jefe, él siempre le insinuaba cosas a mi madre, no lo culpo, no es por que sea mi madre pero de que se ve bien, se ve bien.

-Vete - le ordené, sabía que ella amaba su trabajo a pesar de todo.

Ella farfulló algo y se dio la vuelta.

-¡Te amo! - dijo ya desde la puerta y cerró de golpe.

Ya pudieron oirla decir sus palabrotas, después no pregunten por qué digo tantas groserías.

***

-Que me muero con sus numeritos y tarjetas y todo eso ¡Dios! ¿Cómo diablos aguantaré cuándo comienze la competencia?

La quiero en mi cama {+18} ©™ {✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora