11-Más y más

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𝗔𝗥𝗕𝗟𝗘𝗧:

Demonios...esa si es una mala manera de hacerse la desentendida. Chantal verdaderamente me sorprendió con esa respuesta tan tonta.

-Como si no supieras, me devolviste el beso.

Su respiración empeoró. Yo la acorrale.

-No seas ridículo...yo...- le coloqué el índice en la boca para callarla.

Era momento de dejarle claro que yo estaba causando muchas cosas en ella, me daba cuenta, estaba más que claro.

-Tu respiración es un desastre, tu corazón está a mil por hora, estás nerviosa y tus piernas no te responden.

De la última no estaba seguro, pero igual la dije. Probablemente ella también me deseaba.

Mi dedo siguió trazandose por su cintura con la intención de ponerla más nerviosa.

-Esto es estúpido - se quejó bajando la cabeza pero mi índice se la levantó - Arblet, simplemente fue un impulso, no es que tengas que pensar que yo ...¡No! - chilló cuando la agarré de la cintura.

«Muy tarde preciosa, muy tarde»

Mis labios no perdieron tiempo, se encontraron con los de ella dispuestos a no dejarla ir. No esta vez, está vez si se sellaron en con los de ellas en busca de más.

No pierdo tiempo, mi mano baja a su entre pierna, el plan es hacerla que me deseé. Después de ahí las cosas se darán solas. Me pedirá a gritos que la haga mía.

Ella gimió en mis labios para luego separar mi mano de ella y dejar mis labios.

-¿Qué ha...?- volví a estamparme a ella. Una de mis manos tomó nuevamente su cintura y la otra continúo bajando. Por qué no me importa cuánto lo niegue, está igual que yo. Quiere lo mismo que yo.

Nuestras lenguas se encontraron, sonreí por qué ya estaba sediendo Entonces rosé mis dedos entre sus piernas, muy cerca de ese punto. Mis dedos fueron automáticos, terminaron justo en el punto, por encima de su ropa, deseosos de tener contacto directo.

La besé con pasión, como esos besos que pueden desarmar a cualquier mujer, haciéndola caer ante ti. Mis dedos se movieron y un gemido salió de su labios. Sabía que lo estaba disfrutando, ella no podría resistirse a mi.

-Hoy serás mía - susurré en sus labios.

Ella dejo de intentar separarse y sus brazos rodearon mi cuello haciendo sentir un corriente de excitación. Mi mano, entonces, se deslizó, y subió hasta su vientre para luego bajar con cuidado dejando cariño por su piel. Con el índice removí el borde de su ropa interior y lo deslize mientras mordía sus labios. Terminé llegando allí, se estremeció por la diferencia de temperatura pero no me apartó.

No perdí tiempo, mi dedo entró en ella y comenzé con el entra y saca viéndola gemir y excitandome aun más con esto.

-N-No - gimió en mis labios pero aún así, sus labios no se despegaron de los míos. Y estaba empezando a humedecerse. Yo necesitaba esto, incluso que tuviera un orgasmo en mis dedos.

Jadea en mi oído mientras yo continuo. Acaricié su clítoris con cuidado, sin dejar de introducir mi dedo. No paró de besarla salvajemente, sus gemidos haciendo un poco de eco y haciéndola estremecerse. Yo gruño por qué todo me está afectando demasiado. Mis movimientos se vuelven más rápidos, su respiración es agitada, por como disfruta se que no quiere que pare. Y no lo haré. Solo despegó mis labios de ella para mirarla, sus ojos oscuros no muestran más que deseo, algo que afecta mucho más a mí ya endurecido miembro.

«Asi que no eres inmune a mi»

Otro de mis dedos entró en ella haciéndola gemir fuertemente de excitación. Sus gemidos me dejaban claro que estaba llegando y no me detengo, sigo metiéndolo y sacándolo hasta que siento sus fluidos correr por mis dedos y acaba ahí, virando los ojos. Gimiendo más alto por qué yo no paro hasta sacar un dedo y probarla. Mientras chupo el dedo, le mire, sonríe por qué estoy claro en lo que provoqué en ella.

La quiero en mi cama {+18} ©™ {✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora