38-Realidades

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Chantal:

Martes 18 de febrero, 2020.

Me senté detrás de las gradas.


Doblé mis rodillas y las rodeé con mis brazos mientras la suave brisa mecían mis mechones sueltos y las hojas de los árboles. Cerré los ojos y me mecí. Quería estar sola. Quería tener mi mente en ningún punto en específico. Simplemente quería tener un tiempo para mí. Sin que nadie viniera por mí. Me estaban abrumando los exámenes sorpresa, las tareas y los trabajos. Solo...solo quería relajarme.

¿Era tanto pedir?

Mi mente dió en la lista. Hipotéticamente lo único que faltaba era una fiesta y estaba segura que Arblet no lo dejaría pasar. Pero mamá nunca lo permitiría. Una cosa era una pequeña reunión con mis amigos y otra el tipo de fiesta que yo tenía en mente.

---Te encontré.

Y sí, era mucho pedir para este mundo estar sola.

Giré mi cabeza para verlo, Ariel estaba recostado en un árbol, se había recortado el pelo pero siendo sincera se veía más encantador y... inocente.

Verlo me hizo recordar el escándalo que armó en la fiesta cuando ganaron el partido y me reí internamente.

---Esta es tu cueva, ¿eh? ¿Me muestras las víctimas de tu canibalismo? --- Ariel se sentó a mi lado.

---Al punto --- intenté que mi tono sonara para nada áspero, fue imposible tomando en cuenta que interrumpió esos minutos de paz que yo quería tener.

---Como buenos amigos que somos vine a darte un consejo --- chasqueó la lengua y el tono que usó no me gustó para nada.

Y quizás lo mejor que yo hubiese podido hacer era dejarlo allí y no oírlo. Pero no lo hice.

---Vale.

---Me imagino que lo de ustedes va serio, ¿no? ¿Y por cuánto durará la actuación? Tú y yo sabemos el pasado de los dos --- estaba a punto de callarlo pero el continuó --- seguro no se esconden nada, ¿verdad? ¿Te dijo que pasa ente él y Karen?

No lo escuches. No preguntes.

---No...¿Qué quieres decir?

Ariel sonrió complacido de tener toda mi atención.

---Él está con Karen ahora mismo, aprovechando que tú estás aquí...

Negué con la cabeza hacia Ariel. Él estaba dolido. Estaba tomando venganza.

---Me imaginé que no lo sabrías.

---Solo cállate, ¿sí? No quiero oírte. Lo que intentas es dañarnos ten...

Rió. Tan sarcásticamente que me dió ganas de abofetearlo. Me molestó su risa cargada de burla.

---Se acostaron, ¿no te contó? No una, ni dos, tres veces o más. No lo sé. Duraron bastante cogiendo como cone...--- lo golpeé. Con tanta ira y rabia que su mejilla al instante se pintó de roja.

No quería llevarme de él, sabía que buscaba la manera de dañarnos, la manera de vengarse. Pero dolió. ¿A caso eso era? ¿Por eso Karen se ponía roja al mirarlo? ¿Por eso Arblet evitaba su mirada?

La quiero en mi cama {+18} ©™ {✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora