Las heridas del pasado que aún lastiman

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Inoue luego de su hora de comida regresó puntual a la oficina con el director.

- Estoy lista para ayudarle joven Ulquiorra... - dijo la chica

- Bien. Empecemos con los formatos que hay que llenar. Pedidos, como clasificar los catálogos y calidad de las muestras... hay algunas fórmulas sencillas de física que te servirán... toma nota... - dijo el caballero

- Si joven Ulquiorra... - dijo la nerviosa pelirroja

Era demasiada información, además de que algunas cosas eran confusas, otras decisiones no las podía tomar sola, debía primero hacer un análisis minucioso junto con datos de Kaien y Arroro. Por lo que su avance ese primer día fue muy superficial. Pero si algo destacaba al ojiverde era lo estricto que era, por lo que a unos minutos de la hora de salida se detuvo de seguir con las explicaciones.

- Toma tus cosas y nos vemos mañana... - dijo el hombre agarrando un portafolio y un abrigo

- Pero todavía no terminó... - dijo la dama

- Ya es la hora del cierre de las oficinas, solo línea operativa de ensamblado tiene 4 turnos. Además el trabajo te va a seguir esperando mañana, ¿qué caso tiene que te apresures tanto mujer? - dijo frío el de traje

- Solo quería estar más preparada... - dijo la de ojos grises

- Lo estarás. Pero por ahora mejor descansa, olvida el trabajo... - dijo el pelinegro cerrando la oficina

- De acuerdo. Nos vemos mañana joven Ulquiorra... - dijo la secretaria

- Cuando empieces a "personalizar" el escritorio, no quites la foto del cajón... - dijo serio el de pálida piel

- ¿Su foto con el señor Aizen? - preguntó la doncella

- Es importante para mí. Cuando crea que vas a quedarte te tomarás una foto conmigo. Pará que puedas recordar los buenos momentos... - dijo con un suspiró el caballero

- Lo entiendo... pero siendo así... ¿dónde están las fotos de los anteriores secretarios? - dijo curiosa Inoue

- La costumbre en Arrancar es que el director que se retira se lleva esas fotos, excepto la de quien lo remplaza para que él empiece su propia historia de recuerdos... - dijo el hombre

- ¡Qué bonita costumbre! - exclamó la alegre empleada

Ciffer no dijo una palabra, solo esperó a que la pelirroja tomará sus cosas y cerrará los cajones, ambos bajaron a recepción, dónde estaba otra mujer un poco más alta, de ojos entre azul y gris, con gafas redondas, de un cuerpo con bella figura de reloj, de cabello negro largo sujeto atrás.

- ¡Buenas noches señor Ulquiorra! - dijo la sería dama en el aparador

- Buenas noches. Nos vemos Nanao... - dijo mecánico el caballero

En cambio con gran emoción se acercó la asistente.

- ¡Hola señorita Nanao! Me dijo la señorita Kuchiki que debía darle a usted mis papeles para mi seguro médico y pago de nómina... - comentó Orihime

- Buenas noches. Si estás segura de quedarte solo necesito que firmes unos papeles, yo me encargo de llenar el resto, mañana con Rukia recoges los papeles para ir al banco... - dijo serena la recepcionista

- De acuerdo señorita Nanao... - dijo la de ojos grises

La de lentes le entregó las hojas, a la asistente, Inoue las leyó con atención, firmó, devolvió los papeles a la de lentes, hizo una reverencia y se retiró, afuera ya la esperaba su novio.

El asesino del barrio Esmeralda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora