Las desiciones incorrectas ¿Podrán al menos tener solución? ¿Puedes ser tú la solución?
El destino se vuelve completamente diferente al entrar una nueva persona en la vida de alguien más. Alguien que por alguna razón del mundo, estaba sufriendo lo m...
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Capítulo 2 「新しい家、新しい会社」
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Poco a poco fueron pasando los días. Gyutaro, Ume, Sora y su hermana menor formaron una pequeña amistad de 4. Mientras los hermanos mayores trabajaban todo el día, ellas quedaban en casa jugando, alguna veces la más pequeña de las dos le enseñaba a coser y hacer vestidos a Ume. Ambas compartían gustos, eran similares.
Sí, Sora tuvo la valentía de pedirle a su madre si podía dejar quedar a sus dos amigos allí, ella a poco aliento aceptó, después de todo 2 personas más en casa no eran mala compañía.
Gyutaro aquella vez se arrodilló frente a la mujer mientras lloraba, se sentía querido, al principio dudó pero su corazón en cuestión de segundos simplemente se aflojó, además de que le dieron un hogar donde habitar, no se sintieron incómodas con su presencia. Ella lo había abrazado tan tiernamente. Había sentido un abrazo materno, Ume se unió y comenzó a llorar de igual forma.
Un abrazo que en todos sus años de vida, no habían recibido.
Tal vez los futones debían ser compartidos, pero eso no quitaba el hecho de que se sentían tan bien ahí. Tan feliz.
— ¡A comer!
Dijo con energía tu madre, mientras servía la comida alegremente. Extrañada, pero feliz tomaste de la mano a Gyutaro mientras adelantabas tu paso a la pequeña cocina, éste se sobresaltó ante tu acto, te veías tan tranquila y tu aura era bastante suave.
Ume le colocó una pequeña flor en la cabeza a Akane, ésta rió ante aquello y sonrió con dulzura. Primeros días de amigas, y se llevaban tan bien.
— Agradezco mucho el arduo trabajo de ambos para ésta comida, su esfuerzo será recompensado. Y agradezco a los dioses de que podamos estar el día de hoy bien, vivos y juntos. —Rezó tranquilamente con ambas manos juntas, el almuerzo se veía delicioso.—
— Provecho. —Dijeron todos al mismo tiempo.—
— El almuerzo está bastante delicioso, muchas gracias señora Yagami. —Mencionó Gyutaro con las mejillas sonrojadas y los cachetes inflados de tanta comida que metió a su boca, ésta acción, quien fue repetida por su hermana hizo reír un poco a la mayor.— Lo siento.
— Es lo de menos, jovencito. Me alegra mucho poder tenerlos a ustedes aquí, me hace feliz saber que puedo ayudar a alguien mientras esté viva.
Mientras estés viva...
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