10. Preocupaciones

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Capitulo 10"懸念"

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Capitulo 10
"懸念"

(...)

— Yagami-Sama ¿Se encuentra bien? Últimamente no ha tocado su comida...

— Yagami-Sama, perdone las molestias. Quería recordarle que más tarde debemos ir hacía las tres grandes casas para llevar los pedidos de las medicinas, "La casa Tokito, Ogimoto y Kyougoku"

— Pss. —Llamó una de las mujeres a sus amigas, reuniéndose en un círculo.— ¿Ella se encontrará bien? Además de no tocar su comida, estos últimos días no ha salido de su habitación.

— ¿Tendrá alguna enfermedad?

— ¡Si es así, debemos atenderla lo más rápido posible! ¡Ella nos salvó a nosotras, ahora tenemos que devolverle el favor!

— La van a hacer estresar...

Las tres chicas tocaron la puerta por última vez, al no recibir respuesta, una de ellas la pateó fuertemente hasta el punto de tumbarla al suelo y romperla.

— Idiota, idiota... —Una de ellas casi chillaba, tomó fuertemente del brazo a la que había pateado la puerta.— Nos matará...

— Ella no es así. Recuerden. —Comentó la última, entrando hacía la habitación y arrodilándose en el suelo en señal de respeto, las otras dos hicieron lo mismo.— Disculpe que entremos de ésta forma, Yagami-Sama. Estábamos preocupadas por su salud...

No habían notado que la nombrada estaba enrrollada en las sábanas de su cama, con el cabello despeinado y mirando hacía un punto fijo mientras comía de una bolsa de ohagis.

Eso extrañó a las mujeres presentes.

— ¿Señorita Yagami-Sama? —Preguntaron preocupadas y por una parte feliz por verla comiendo finalmente algo.—

— Varias veces les dije que pueden tratarme por mi nombre ¿Qué sucedió?

— Disculpe. —Respondió la mayor con un tono gentil.— Es para recordarle sobre las reuniones que tiene más tarde, y que debe cuidarse un poco más. Realmente nos preocupas a todos aquí Sora-san.

— Últimamente tus horarios de sueño y comida se han estado descontrolando mucho. —Habló ésta vez la menor, mientras lloraba de una forma dramática.— ¡No queremos que mueras!

— ¡Pequeña idiota! —Gritó la del medio, golpeando su cabeza.— ¡Disculpe eso, Sora-san! Recuerde que cualquier problema que tenga, aquí estamos para usted.

Tomaste consciencia ésta vez.
Era cierto, últimamente te estabas descuidando mucho, agregando que tu apariencia actual estaba del asco, pero eso a tus subordinadas, o mejor dicho, tus amigas, no les importaba pero se preocupaban mucho por ti.

Había cabello caído por el cuarto, un estrés que llegaba de la nada hacia que arrancaras de tu cabellera todas las noches.
Un pánico lograba que vomitaras la poca comida que consumías.

Cargabas con tanto en tu espalda y hombros actualmente.

— Estaré bien. Perdón por haberlas preocupado. Me cuidaré muy bien de ahora en adelante. —Sonreíste gentilmente y en forma de gratitud, un gesto que calmó a las chicas.— Por los momentos sólo quisiera un té de manzanilla, por favor.

Ellas asintieron e inmediatamente salieron de tu habitación, no sin antes cerrar la puerta y ahora dejarte completamente a solas.

— Sora. —Llamó una voz entre las sombras, haciendo que te levantaras lentamente de la cama.—

— ¿Estás aquí, Akane?

Contestó mirando hacía la nada, perdida en sus pensamientos.

— Traje lo que necesitabas. —Dijo ésta, acercándose a ti y extendiéndote una gran bolsa con varias cosas.— Conseguí las armas de los siguientes usuarios: Serpiente, Amor, Insecto, Flor, Agua, Piedra, Viento, Niebla... Pero no conseguí la del usuario del sonido.

— No te preocupes. —Dijiste aliviada, tomando la bolsa en manos y examinándola.— Gracias, hermanita. —Pasaste la mano por su cabeza, ella sonrió tiernamente y satisfecha por aquel tacto.— Con esto puedo mantenerme en forma mientras tanto y recuperar fuerzas.

— ¿Recuperaste completamente tu memoria?

— En parte sí, supongo.

Ella asintió, hasta que la puerta de tu habitación se abrió sin avisar.

— ¡Señorita Sora-san! ¡Le traemos lo que pidió!

La pequeña niña desapareció junto a la bolsa que habías tenido en tus manos, suspiraste un poco cansada.

— Muchas gracias. Tomaré esto y me prepararé para las reuniones de más tarde.

— Ah, sobre eso... —La mayor te entregó la taza con el té, la miraste algo confundida por su comentario.— La casa Kyougoku desea que nos hospedemos allí por unos días, creo que van a hacer una celebración en un Templo Sagrado que queda cerca del lugar.

— ¿Un templo?

Tu sangre heló.

— Dicen que el dueño es un muchacho guapo de cabello rubio al que le rinden culto ¿Creen que tenga esposa? —Comentó de forma tímida y enamorada la menor de las chicas, teniendo encima el rostro desfigurado de su superior mirándola.— ¡AAAAH, LO SIENTO MUCHO!

— ¿Es un chico con los ojos arcoiris?

Asintieron todas al mismo tiempo.
¿Qué quería con eso?

¿Por qué justamente la invitan a una casa de mayor rango para asistir luego a una celebración de un total desconocido? Y uno el cual había estado involucrado en el asesinato de su padre.

(...)

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Lᴀ Hɪsᴛᴏʀɪᴀ Jᴀᴍᴀ́s Cᴏɴᴛᴀᴅᴀ «ᵍʸᵘᵗᵃʳᵒˣˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora