PAPEL Y TINTA

CAPÍTULO IX

Capítulo IX: Wattpad

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En el momento en el que Beckett puso un pie en la calle, empecé a escuchar un gran revuelo. 

Me levanté y me asomé a la ventana, y no pude evitar abrir mucho la boca. Una horda de cámaras y periodistas perseguía a Beckett calle abajo, preguntándole mil cosas y grabando absolutamente todo para luego retrasmitirlo en los programas del corazón. 

Algunas cámaras se pararon al llegar a la esquina y, mientras otras siguieron corriendo detrás de Beckett. Las que se habían parado se giraron y volvieron a posicionarse a las puertas de mi portal. 

Algunos empezaron a revisar lo que habían grabado y otros sacaron un cigarro y se pusieron a fumar. Cuando uno expulsó el humo, miró hacia arriba y... me miró. Hicimos contacto visual durante unos segundos: yo seguía alucinada de haber visto a tantos periodistas en la puerta de mi casa, y él estaba alucinando por verme asomada a la ventana. El chico tiró el cigarro al suelo, cogió la cámara y comenzó a enfocarme.

Yo corrí las cortinas y me metí dentro, pero del tirón que les había dado, me acababa de hacer daño en la espalda. Puse una mueca de dolor, me di la vuelta y, como pude, intenté sentarme en el sofá. Colbert, que me estaba preparando la comida, llegó enseguida a ayudarme y, después de varios intentos, logré sentarme.

- ¿Estás bien? - me preguntó, analizando la expresión de mi rostro.

Asentí y él volvió a la cocina.

Desde que había contado lo que me había pasado con Steve a Beckett (cosa que Colbert había escuchado también), los dos me habían estado mirando como si estuviera hecha del más fino cristal; como si en cualquier momento, haciendo cualquier cosa, pudiera romperme.

Cogí el mando y tuve la tentación de encender la tele y ver las noticias o algún programa de esos de entretenimiento, pero me contuve, porque no quería ver las imágenes de la pelea de Beckett, o las fotos que se habían filtrado, o ninguna tontería relacionada con nosotros que seguro se inventaría la prensa rosa. Resoplé y tiré el mando a un lado. 

Me tumbé en el sofá, haciendo que mi brazo se balancease, y comencé a dibujar círculos con mi dedo en la alfombra. Tras un suspiro sonoro, me di la vuelta ligeramente, quedando de lado, y levanté un brazo para apoyarlo en la parte de arriba del sofá mientras el otro seguía colgando del lateral.

- Oye Colbert.

Colbert apareció al instante, con un plato de comida caliente y humeante en las manos, y un paño de cocina sobre su hombro.

- ¿Qué pasa? - preguntó preocupado, dejando el plato de comida en la mesa y sentándose a mi lado.

- Emmm, nada, nada.

Colbert me miró arqueando una ceja, pero yo me limité a sonreírle. Se dio la vuelta y volvió a entrar a la cocina, y entonces yo aproveché y alcancé mi móvil. Ignoré las mil notificaciones que tenía y me centré en encontrar el chat con Colbert. Me aburría un poquillo y me apetecía mantener una conversación silenciosa, aunque estuviéramos casi en la misma sala.

Apple: q haces cuando te aburres? 

A los pocos segundos, escuché el sonido de mensaje entrante del móvil de Colbert. Se acercó al sofá, se sentó y cogió el móvil. Al ver el mensaje, levantó la mirada y la clavó en mí. Yo me encogí de hombros y le señalé que me siguiese el rollo por los mensajes. Supe que lo entendió cuando se limitó a levantarse, entrar a la cocina (cosa que hizo que lo perdiese de vista) y vi como aparecía escribiendo... en la parte superior del chat.