Capitulo II: Trampa

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Te pido disculpas por la demora, espero lo disfrutes y gracias por esperar ❤️

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Debía armarse de valor...

Aquel paquete ya estaba en su sala, sus manos estaban temblorosas, evitaba a toda costa si quiera mirarlo... más sabía, tenía que liberar su contenido...



Después de que decidiera solo ignorar aquel mensaje avanzó hacia la Ciudad. Al llegar a su departamento se desprendió de sus ropas y preparó la tina con sales y demás, necesitaba un descanso.

Se quedó recostado en el borde solo pensando en qué haría con lo que sea que le llegara, ¿lo conservaría? ¿Debería reportarlo como buen ciudadano? Negó varias veces y se hundió levemente en el agua, le mareaba solo recordar ese detalle. Al salir colocó una toalla en su cintura y se dirigió hacia su habitación.

Al llegar se dejó caer en la cama y cerró sus ojos...


Mientras tanto en algún lugar.

–¡No! ¡No! ¡No! ¡Me niego!— una persona arrojó todos los papeles que yacían en su escritorio, estos tenían toda la información sobre la nueva orden. Era notoria su ira, miraba de manera fulminante a quien había entregado el papeleo, este se dedicó a recogerlos y de nueva cuenta mirar a su contrario.

–Escucha, el taller había estado esperando este momento, hace mucho no recibíamos un pedido de este calibre... y ya es hora de...

–¡Tu ni ninguno está de acuerdo con eso, puedo aposta...!— fue interrumpido por un golpe al escritorio, el otro negó fastidiado, al leer el nuevo informe se entusiasmó y más aún al saber que fue confirmado y pagado, y todo mejoró al saber quien había aceptado sus servicios.

–Y aunque no, nuestro nuevo socio ya hizo su pago, no podemos dejar que espere ¿o si?

–¿acaso es algún cliente "especial" para que no lo hagamos? — dijo con burla remarcando unas comillas en el aire con sus dedos.

–Créeme cuando conozcas quienes solicitaron nuestros servicios entenderás por qué nos interesa que esté ligado a nosotros...

–Eso es lo de menos, no me importa quien sea no dejare que se lleve a... — otro fuerte golpe resonó, pero esta vez en su mejilla, lo que impidió el hablar de aquel hombre, cayó al suelo sobando el lugar de la zona que poco a poco se inflamaba.

–Aunque a mi también me molesta— limpio la sangre de su mano con un pañuelo —no hay nada que podamos hacer, ellos han hablado... y aquello es lo único que puede cuadrar con lo que pidieron — le acercó los papeles dejándolos nuevamente en el escritorio — y si no quieres terminar como tu antecesor será mejor que obedezcas y vayas al criadero.

Quien había recibido el golpe solo bufo y apartó su rostro, pronto se levantó y se dirigió a la salida acatando la orden que le había sido dada. Su contrario tiró aquel pañuelo a la basura sonriendo amenamente.

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