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Jisung
—Estoy hablando en serio, Lix. No quiero que Mark sepa acerca de mis problemas con la tía G. ¿Y si él piensa que ella está diciendo la verdad y que realmente me he robado mí receta PBF Bombz de ella? —Me mordí el labio y agache la mirada hacia la mesa del café donde estaba sentado con Felix.
—Jisung. Mark nunca se creería que Jisung robaría una receta de skank y mentir. Como si... —Felix frunció los labios con disgusto. Él siempre fue mi principal defensor, pero este lío con tía G lo tenía sacado de quicio— Cualquiera que conozca a Jisung lo sabe mejor que creer esta sarta de mentiras. ¿Y si Mark lo cree? Pues entonces golpearé a Mark porque Mark no sería el alfa que Felix piensa que Mark es.
Miré a Felix, mis ojos parpadeando rápidamente mientras procesaba lo que había dicho. A veces, la falta de uso de los pronombres de Felix se ponía difícil. Pasando mis manos por mi cara, me estremecí y suspire.
—Lo sé. Yo sólo, bueno, yo no quiero que piense que tiene que alejarse para salvar su trasero o algo así. Todo lo que tengo que hacer es encontrar mi libro de recetas de Nana y mostrarlo a mi abogado. Tenemos sesenta días para luchar contra la orden de cese y desista, o voy a perder los derechos de la receta para siempre. Dijo que la edad por sí sola de la receta de la familia haría mucho para demostrar mi autenticidad; tu entusiasmo y ayuda es algo que siempre recordare. Lo cual, por cierto, lo aprecio.
Felix rodó los ojos y agitó una mano hacia mí en un gesto espantando.
—Omega, por favor. Nana hizo esas bolas PBF cuando Jisung y Felix estaban en pañales. Felix tiene suerte de que no hay imágenes regordetas de esa infancia, cuando comía esas pastillas pequeñas de grasa. El único cambio que hizo Jisung es el nombre. Y Felix lo afirmó en el depósito.
Asentí con la cabeza y tome un trago de mi café con leche.
—Bueno, todavía. Gracias, Lix. Eres un buen amigo que siempre ha cuidado mi espalda. Pero tengo que encontrar esa receta. No sólo es mi éxito de ventas, también es especial para mí porque era de Nana.
Felix asintió con tristeza.
—Entonces, ¿qué va a hacer Jisung? Jisung no tiene el libro de recetas, y gracias al padre de Jisung, Jisung ya no es dueño de la casa de la familia. Este es un problema. —La expresión preocupada de Felix hizo un hueco en mi corazón. Estiré la mano y le agarre la suya.
—Tengo un plan. —Felix me miró con escepticismo, pero esperó a que le explicase. —La casa no va a terminar en custodia hasta la próxima semana. Mañana por la noche, voy a entrar e ir a buscar a través de las cosas de Nana en el ático. Ese es el único lugar donde podría encontrar el libro.
Felix sacudió la cabeza y quiso interrumpir, pero levante una mano y termine de decir:
—Papá empacó sus cosas personales cuando ella falleció y las puso en el ático en el armario de roble de su madre. Cuando hicieron la subasta de los muebles, no se molestaron con el ático porque no podían encontrar la llave. ¿Recuerdas? Bueno, tengo una llave de repuesto y sé cómo llegar hasta allí desde la entrada del viejo criado; puedo entrar y salir fácilmente sin ser visto.
Felix se quedó sin aliento.
—¡Jisung! ¡Esa es una idea horrible! ¿Qué pasa si Jisung es atrapado? ¡Jisung podría ser arrestado por allanamiento!
Me encogí de hombros.
—No creo que el jefe Baker me detenga. Él sabe que ha sido la casa de mi familia durante cinco generaciones antes que yo. Y técnicamente, hasta que finalice, sigue siendo mía. ¿Correcto?
—Omega por favor. Jisung es muy consciente de que el banco ha cerrado esa propiedad del padre de Jisung cuando murió. Es por ello que Jisung no pudo recuperar las pertenencias dentro y ahora debe entrar como un ladrón.
—¡No soy un ladrón si estoy tomando lo que me pertenece! No es justo que mi padre fuera capaz de hipotecar la casa de Nana en primer lugar. Pero puedo vivir con eso, tengo que hacerlo. Yo simplemente no puede manejar no tener permitido el acceso a las pertenencias de la familia.
Felix levantó una elegante ceja y dijo:
—Bueno, si Jisung no es un ladrón, entonces ¿por qué va Jisung furtivamente a través de la entrada del viejo criado en medio de la noche? ¿Hmm?
Me encorve y apoye la barbilla en mis antebrazos que descansaban sobre la mesa mientras miraba a mi amigo con los ojos húmedos.
—No sé, Lix. Todo lo que sé es que no puedo esperar a que llegue un nuevo propietario y tome posesión de la casa, y pierda la oportunidad de que él o ella me permita revisar las cosas de Nana. Yo sólo quiero encontrar un final a esta pesadilla legal, y esta es la manera más fácil para mí, ¿de acuerdo?
Felix sacudió la cabeza, con los ojos nublados por la preocupación. Sin embargo, él se acercó y cariñosamente me revolvió el pelo.
—Está bien, Jisung. Pero Felix va a ir también y estar al acecho para que Jisung no sea detenido.
—¡No, Lix! Puedo hacerlo yo solo. Se que voy a estar bien. —Me senté con consternación— No te estoy arrastrando en esta pequeña travesura mía, Lix. De ninguna manera está sucediendo.
—Oh, lo hará, porque Felix ha dicho que va a ser así. Además, ¿si Jisung no incluye Felix? Felix puede que tenga que lanzar algunas indirectas con palabras fuertes a Jeno y Mark de que Jisung necesita ayuda. —El pequeño tonto se echó hacia atrás y cruzó los brazos sobre el pecho y me dio una sonrisa de suficiencia, como si supiera que había ganado.
Está bien, sí. Lo hizo totalmente en victoria, pero sólo porque me conoce tan bien.
—Está bien, Felix. Haz lo que quieras. Pero asegúrate de estar listo en caso de que nos tomen fotos si nos llegan a arrestar. Es decir, no te gustaría una ficha policial fachosa en tu registro, ¿verdad? —Sonreí hacia él por encima del borde de mi taza mientras tomaba un largo trago de café con leche.
—Jisung es malo. Pero no temas, Felix estará listo para cualquier cosa, incluidas las foto-ops. ¿Ahora, informe a Felix por qué esto se está organizando para mañana? ¿Jisung tiene planes para esta noche? ¿Tal vez los planes con cierto alfa atractivo? —Felix casi ronroneó en la oración.
—Sí. Tengo una cita con Mark esta noche. Sólo le estoy cocinando la cena en mi casa, no estamos haciendo nada demasiado emocionante.—golpee un dedo contra mi taza de café mientras esperaba a que Felix explotara en una corriente agresiva de consejos. En menos de cinco segundos, Felix fue alejando su taza y me dio instrucciones de como llevar la noche. Esto, naturalmente, incluyó un poco más sobre el intercambio de su vida sexual de lo que quería oír.
