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Mark
Dos semanas después
—Tengo que encontrar algo pronto, Jeno. Esto se está volviendo tedioso. Todo lo que he mirado es demasiado pequeño, demasiado maloliente, demasiado caro para lo que está allí, o simplemente demasiado lo que sea.
Suspiré mientras caminaba alrededor de la esquina y me dirigía a Sweet Ballz para ver a Jisung.
—Estoy a punto de entrar en la tienda de Jisung ahora. Te habló más tarde, ¿de acuerdo?
Hice clic en el botón de apagado en mi auricular y entré en dulcería de Jisung. Cada vez que entraba, me llevaba a otra época. Las paredes estaban pintadas con colores pastel de menta rayas a verticales rosadas y verdes. El tema de color continuó con baldosas de menta verde y cojines cubiertos de vinilo de color rosa en las sillas de metal blanco que fueron espaciados alrededor del puñado de pequeñas mesas blancas.
El área del mostrador era todo cristal y cromo, con grandes vitrinas para mostrar todas las maravillosas variedades de dulces que Jisung tenía disponibles. El chico que trabaja en el mostrador de la tarde estaba vestido como el de un tirón de soda 1950. El traje completamente blanco prístino de un botón de la camisa y los pantalones cortos fue rematado con un sombrero de papel largo y rectangular que se sentó con desenvoltura en la cabeza. La tienda era adorable, al igual que su dueño.
Me acerqué al mostrador, entrecerrando los ojos para leer la etiqueta el nombre del chico. Jisung sabía que no estaba muy lejos. Su aroma a manzana era abrumadoramente fuerte. No sé cómo me llevó mucho tiempo para oler en primer lugar, ya que era muy fuerte.
—Hola. Um —dije entrecerrando los ojos para leer la etiqueta con su nombre, parpadeando y entornando los ojos... ¡oh! ¡Allí estaba! — Hendery. Hola. Busco a Jisung.
El chico me miró con curiosidad mientras se rascaba una espinilla en su mandíbula.
—Umm. Él esta, como, ¿en la parte trasera? Pero estoy bastante seguro de que no puedes ir allí. —Me miró con ojos vacíos cuando él empujó más en el grano.
—Sí, Hendery. Lo entiendo. ¿Por favor sólo tienes que ir a Jisung y decirle que estoy aquí para verlo? —Resistí el impulso de rodar los ojos.
—Pero yo soy como, uh, no se supone que deje el mostrador —Lo miré a los ojos apagados y dije— Hendery, yo soy la única persona aquí en este momento. Toma diez segundos y ve pregunta a Jisung si puede salir o si puedo ir. ¿Por favor? Voy a mirar por cualquier cliente mientras vas, lo prometo.
Me miró como si no supiera qué hacer. Asentí con la cabeza, con lo que esperaba que se pareciera a una sonrisa de aliento apuntado hacia la puerta de la cocina.
—Adelante, Hendery. Esperaré aquí.
Se acercó a la puerta y desapareció. Pensé que era un cincuenta por ciento en cuanto a si se acordó de lo que le había enviado a hacer allí. Unos minutos más tarde, Hendery volvió a entrar por la puerta de vaivén.
