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Mark
—No puedo creer el talento que tienes, Jisung. Esta fue una comida increíble. —Sonreí y me recosté en mi silla en su mesa. La luz de las velas se reflejaba en sus gafas, ocultando sus ojos, creando un ambiente romántico— ¿Puedo ayudarte a limpiar? O en realidad, ¿por qué no te relajas y bebes tu vino mientras limpio la mesa?
Jisung empezó a discutir, pero se levantó y empezó a limpiar la mesa. Me incliné sobre la mesa y le di un beso en los labios.
— Siéntate —susurré contra su boca— Déjame hacer esto por ti, Jisung. Significaría mucho para mí.
Él asintió. Robé otro beso y luego fui a limpiar. Después que la mesa estuvo lista, serví a Jisung otro vaso de vino y volví a entrar en su pequeña cocina. Jisung era un cocinero ordenado al parecer, porque aparte de lo que habíamos utilizado en la mesa, no había otros platos o trastes para ser lavados.
Rápidamente enjabone y enjuague los platos, rematando el lavavajillas parcialmente cargado. Yo sólo había dejado caer un poco de detergente líquido en el lavavajillas y cerrado la puerta cuando me di cuenta que estaba siendo vigilado. Después de girar el dial para el ciclo de lavado, me levanté y limpié las manos en una toalla limpia.
Levanté la toalla al hombro y me volví lentamente. Jisung recaía un hombro en el marco de la puerta, mirándome con ojos hambrientos.
Apoyándome en el mostrador, crucé los brazos sobre mi pecho y le sonreí.
—¿Ves algo que te guste, Jisung?
Jisung balanceo la copa de vino y drenó el poco líquido de la misma. Entró en la habitación, y dejó el vaso cerca del fregadero antes de ir hacía mí. Se acercó y tiró de las muñecas hasta que mis brazos se abrieron hacia abajo. Al entrar en mi espacio personal, trasladó mis brazos a sus caderas y luego pasó las manos lentamente por mis brazos hasta que llegaron a un descanso alrededor de mi cuello.
Se inclinó y aspiró profundamente, como saboreando mi olor personal antes de lamer una franja a lo largo de mi cuello, sobre la mandíbula, y hasta mi oído. Dio un pellizco en mi lóbulo sensible antes de susurrar al oído.
—Me gustó todo lo que vi. ¿Un alfa que lava los platos? Eso esta por encima para un omega, bebé.
Reí y le acaricie el cuello de la camisa, besando el hombro desnudo dentro. Moví los labios a lo largo de la misma ruta que había hecho en mi cuello hasta llegar a su oído. Susurré:
—Estoy contento de haberlo hecho entonces. Pero esa no fue mi intención. Sólo quería darte un descanso de unos momentos. Trabajas demasiado, Jisung. Y yo muy poco. Parecía que era lo correcto de hacer.
Jisung se echó hacia atrás en mis brazos que ahora estaban entrelazados alrededor de su cintura. Sus ojos buscaron los míos, y sonrió con timidez.
— Eso es lo que hace a un alfa especial, Mark. —Se inclinó y me besó suavemente, antes de girar en mis brazos y tirar de mis manos, aparte para liberarse. Él conservó su dominio sobre una de mis manos, se paseo a través del departamento tirando de mí detrás de él.
