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JISUNG
Acababa de terminar de empacar la última caja de PBF Bombz para un pedido grande, cuando Felix salió volando a través de la puerta giratoria. Sungchan no había sido capaz de trabajar hoy, así que había tenido que pedir ayuda a Felix. No importaba. Pronto, yo no sería capaz de pagar personal contratado de todos modos. Tendría suerte para pagar un salario a mí mismo después de perder el derecho a la receta de Nana.
—Jisung. Escucha a Felix. Es importante. —Se puso de pie allí con una mano en la cadera ladeada inclinada, a la espera de obtener toda mi atención antes de continuar— Jisung tiene un visitante. No importa lo mucho que Jisung podría ocultarse, Felix envío a Mark hacia atrás para ver a Jisung. Felix sólo quería dar a Jisung un momento de prepararse.
—¿Qué? ¡No! ¡Han pasado seis semanas, Felix! ¡Él podría haber enviado mensajes de texto, llamadas, ir por mi apartamento, o incluso un mensaje enviado por paloma! Él no podía haberse molestado en venir arrastrándose con una disculpa antes de ahora. Que se joda. No. Yo no lo veré. —Mi corazón se aceleró por la excitación sin embargo. La idea de ver a mi alfa era demasiado emocionante. Espera. ¿Qué? Él no es mi alfa. Se había demostrado eso ¿no? Le di la espalda a Felix para ocultar la emoción que yo sabía que era fácil de leer en mi cara.
Una voz familiar respondió:
—Puedo arrastrarme si quieres que lo haga y lo haré si eso significa que me das la oportunidad de disculparme. Pero primero, te voy a dar esto para que puedas salvar tu negocio.
Me di la vuelta para ver a Mark allí de pie sosteniendo el libro de recetas de Nana en sus manos extendidas. Las lágrimas llenaron mis ojos mientras corría a aceptar el enorme regalo que me había traído. He seguido mis dedos sobre su familiar escritura a mano, parecida a una araña. Las lágrimas fluyeron cuando lo abracé contra mi pecho. No porque yo iba a ser capaz de salvar mí negocio y detener a una usurpadora de robar la receta de mi Nana, pero el sentimiento era debido a que estaba sosteniendo un pedazo de Nana en mis brazos.
Mark extendió sus brazos, como queriendo abrazarme pero también con vergüenza de tratar.
A la mierda.
Me arrojé a sus brazos, llorando en su hombro. Llorando por mi amada Nana. Llorando de felicidad por mí negocio. Llorando por Mark y lo mucho que lo había perdido. Mis emociones estaban por todo el lugar, y fue varios minutos antes de que me calme.
Mark estaba corriendo su mano arriba y abajo de la longitud de mi columna vertebral, murmurando en mi oído.
—Está bien, Jisung. Estoy aquí ahora. Lo siento se que fui sólo un culo imperdonable. No llores, bebé. Todo estará bien.
Sorbí y se apartó. Mirando hacia él, sabía que mi vulnerabilidad estaba escrita por toda mi cara, pero joder. Estaba más allá de preocuparme por lo que la gente pensara de mí. Si había una oportunidad para nosotros de reconciliarnos iba a agarrarla con ambas manos y no dejarla ir.
