Feather Crown || Takami Keigo (HAWKS)

Capítulo II

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Lía

Presente

"¿Cómo puedo convencer a mi mente que deje de sacar tantos pensamientos por todo?"

Estuve preguntando a pocas compañeras que les tengo confianza, si sabían de aves con plumaje rojo. Me han mencionado algunos nombres, conozco algunos de los que me dicen, pero no creo que sea alguno de ellos; son aves muy pequeñas a comparación de mi nueva pluma.

No la he mostrado a nadie, porque sé que llama la atención y posiblemente me la pidan regalada. Siendo sincera no quiero dársela a nadie. Aparte de eso no quisiera perderla mientras me encuentro trabajando.

Pero la duda me invade, no puedo estar tranquila sin saber exactamente a qué ave pertenece aquella pluma. Así que ahora en mi descanso, me encuentro en la biblioteca registrando todos aquellos libros que mencionan aves.

Pasan los minutos, no queda mucho de mi pequeño tiempo de comida; que utilicé para buscar información. Al momento, un ibis escarlata es el ave más cercana a la descripción de mi pluma, o tal vez sea de alguna guacamaya. Aún no me convenzo del todo, así que seguiré buscando después.

Regreso todos los libros a su estante; al lugar donde pertenece cada uno de ellos. No entiendo cómo nadie visita este lugar, es hermoso. Una habitación enorme, con largos estantes colocados con miles de libros esperando un lector para revelar la maravillosa información e historias plasmadas con tinta en cada hoja, pero las polillas estarán más encantadas de consumir esa información antes de que alguno de aquí recuerde de que existen. El lugar transmite tanta paz y tranquilidad, que me encantaría pasar horas sentada leyendo sin fin de historias.

Esta mañana, al ver mi plumita roja quede perpleja. El color que brindaba aquel pequeño objeto era tan increíble. El rojo que cubría la pluma era de un tono tan intenso que jamás había visto en mi vida. Mi vista no podía desprenderse de ella y dejar de maravillarla, hasta por un momento creí que la pluma fue pintada por sangre; pero claramente no es así. Me convencí por un momento que posiblemente la pluma no era de alguna ave, tal vez la fabricaron para algún sombrero costoso de esos que usan las señoras ricachonas.

Por algún motivo la pluma llego hasta mí, para abandonar mis pensamientos sobre la mirada nocturna en mi habitación; que por cierto no he tenido tiempo para pensar en eso, solamente he pensado en encontrar esa ave.

—¿La encontraste?

—No, pero seguiré buscando —dije viendo a Addie entrar a la biblioteca.

—Si gustas, luego te ayudo a buscarla.

—Gracias Addie, me encantaría —Sonrió terminando de colocar el último libro que estaba usando minutos antes.

—Te extrañare mucho Lía, ¿Qué haré todos estos días sin ti? —dice reflejando tristeza en su voz.

Entiendo su tristeza, ya que es una persona muy callada. En el poco tiempo que llevo con ella no habla con nadie, no tiene amistades con los otros sirvientes; y eso que ella trabaja en el castillo hace casi un año. No me quiero ni imaginar lo sola que se ha sentido todo este tiempo. Sin nadie con quien hablar, tenerle confianza y poder contar algo o entablar una conversación.

—Yo también te extrañare —Me acerco a ella colocando mi mano sobre su hombro, tratando de transmitir mi consuelo y apoyo con una simple acción—. Además, recuerda que sólo será por un par de semanas.

Trato de que no suene tan mal estar tanto tiempo lejos. Aunque, ni siquiera yo sé cuándo regresaré.

—Sabes, jamás he salido de las tierras de este reino desde que era niña. Estoy emocionada al conocer como son otros reinos —dije contándole a mi amiga—. El emperador me dio esta oportunidad que no esperaba. La ama de llaves principal, me dijo que era porque he hecho bien mis obligaciones. Y también me advirtió que no lo decepcionara. Ella cree que es un privilegio o algo así, yo también lo creo, pero realmente detesto la idea que tenga que ir con Ansel, no lo soporto.