Capítulo VI

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Hawks

Presente

Ruego para que todos mis planes puedan salir bien. Me estoy arriesgando, pero ya no puedo esperar más.

No puedo dormir tranquilamente, si no detengo esta situación, no estaré en paz.

Cierro los ojos por un momento, sintiendo el viento ondear los mechones desordenados de mi cabello haciéndome cosquillas en mi frente con suavidad.

No podría soportarlo nuevamente, siento que mi cabeza está a punto de explotar por tanto pensar. Mi mirada ser pierde observando la luz natural en el cielo entre tanta oscuridad, tratando de desvanecer el dolor torturador que se mantiene en mi pecho.

Mañana me juntare con esa chica, Lía. Eso espero, no tengo la menor idea si llegará, pero debo intentarlo es mi única salvación.

Volteo a ver por la pequeña ventana de la habitación donde se encuentra; duerme profundamente. No puedo evitar una sonrisa divertida en mis labios al verla dormida abrazada a una esponjosa tela blanca, su cuerpo extendido en una postura graciosa que abarcaba casi todo el lugar donde duerme. 

Siento envidia, quisiera poder tener esa tranquilidad y dormir igual.

Aún que desde que la encontré, cada noche que la he observado a tenido pesadillas. Murmura cosas inentendibles, su cuerpo pequeño tiembla levemente y despierta repentinamente con el miedo reflejado en su rostro. Pero con el paso de los días, los malos sueños han disminuido y en su momento desaparecerán, o eso espero.

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Lía

Presente

No sé si yo soy tan lista, o los soldados junto al señor que cuida las caballerizas son tan descuidados. Escucho un gran ronquido que me lo confirma, definitivamente él es descuidado, seguramente nadie anda cerca por estas horas y se queda dormido en su silla a un lado de las caballerizas.

Me escabullo entre los establos, hasta que llego a mi salida observando a todos lados, asegurándome que nadie me esté viendo. Me agacho moviendo la tabla mal clavada, deslizando primero entre la abertura la canasta que llevo para luego pasar yo por ella; mi nueva salida del palacio.

Deberían de tener más cuidado los guardias, de nada les sirve tener tantos soldados por toda la entrada del palacio, y dejar sin seguridad por detrás. Cualquiera puede entrar y salir de los establos del palacio sin ser visto, pero ahora no me quejo, es mi única salida de lo contrario se me sería imposible juntarme con el chico rubio cenizo.

Por suerte detrás del palacio no hay casas, solo un campo desolado.

Sacudo mi vestido mientras me levanto tratando de quitar un poco de la suciedad que se adhirió a mi falda. Camino unos minutos dando vueltas tratando de encontrar la ubicación al molino que había dicho; está retirado, pero no tanto como pensé. 

Prefiero rodear la ciudad, no quiero correr el riesgo de toparme con alguien del palacio, tendría que inventar más excusas de las que ya había dicho y probablemente no me creerían de igual manera.

Ansel tiene un horario, uno que no iba a desaprovechar. Todos los días tiene la misma aburrida rutina, tener que aguantarlo hasta que llegue el almuerzo y luego de eso salía a los alrededores regresando hasta el anochecer.

No fue sencillo coordinarme o convencer a algunas mucamas para cambiar tareas o que aceres de la mañana, para poder tener este momento libre.

—Por favor, por favor que este ahí —murmuro con cada paso que doy acercándome al lugar descuidado y olvidado.

Feather Crown || Takami Keigo (HAWKS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora