Capítulo XIV

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Lía

Presente

No puede sostenerlo adecuadamente, su cuerpo es tan pesado. Luce tan vulnerable, hasta angelical con sus ojos cerrados y su cuerpo descansando sobre la grama. Sería un buen escenario para disfrutar, pero ahora es tan aterrador; peor que una pesadilla.

Doy palmaditas sobre su rostro cuidadosamente tratando que despierte, no sé qué hacer para despertarlo y al parecer es inútil.

Otro ladrido cercano; no hay tiempo de pensar y mis posibilidades son escasas. Los minutos están contados, debo de actuar ahora.

Me levanto para evaluar la situación esperando que sea quien sea se esté retirando, para mi desgracia un par de hombres están a unos kilómetros caminando en línea recta al lugar donde me encuentro junto al ser que adoro tendido en el suelo sin poder mover ni una pluma.

Cada segunda cuenta y voy a hacer lo posible por salvarlo.

—No voy a dejarte, no dejare que te hagan nada —Tomo sus muñecas para extender sus brazos sobre su cabeza tirando de él.

Dejo salir una maldición cuando tiro de él por primera vez, sintiendo un pesor enorme. Mi desesperación y miedo es desgarrador. Mis brazos están entumeciéndose ante la fuerza que ejerzo, sacando fuerza de donde no tengo mientras mis lágrimas acompañan mi dolor y angustia.

Las voces se escuchan borrosas, pero conforme se acercan se escuchan con claridad. Los segundos van desapareciendo, así como mi fuerza.

Después me disculpare con Keigo por los daños que esté sufriendo en su espalda; por mis jalones al hacerlo arrastrado con gran dificultad sobre la grama y tierra bajo de él. Las gotas de mis lágrimas y sudor bajan por mi rostro. Es complicado arrastrarlo tras la pequeña apertura de la puerta de aquel lugar abandonado, sus alas quedan atoradas, pero luego de varios tirones desesperados cedieron encogiéndose por sí solas, siendo arrastradas junto al dueño de aquellas plumas rojas; que está soñando como un bebé, soltando por ratos balbuceos o gemidos sin sentido por molestar su tranquilidad.

Pensamientos terroríficos se reflejan en mi mente, donde encuentran a Keigo a mi lado, siendo detenido, llegando miles de guardias apuntándole con sus armas, siendo lastimado y utilizado para torturarlo.

Al llegar a unos fardos de heno dejo reposar su cuerpo a un costado.

Acomodo los fardos abandonado sobre el entorno del cuerpo de Keigo, ocultándolo de la manera más perfecta posible ante la situación en la que estamos.

Un ladrido hace que voltee tras en sonido cercano, como espero veo el rostro de un perro pastor de Shetland viéndome directamente; sus ojos negros posados fijamente en mí mientras menea su cola.

Sigo colocando heno tratando de ocultar las partes aun visibles, casi termino en su totalidad, pero sus alas son enormes. Trato de no hacer movimientos bruscos, es en vano ya que el cachorro me mira juguetón dando ladridos tratando de llamar mi atención.

—¡Hey Barry!

"Están aquí, por favor que no lo vean."

—Shhh —Siseo tratando de calmar al cachorro —, por favor cállate, cállate —Susurro repitiendo mis palabras para calmar al animal, haciendo un intento en vano.

Acomodo el último fardo ocultando al ser dormido bajo toda aquella naturaleza seca.

—¿Dónde estás muchacho? —menciona una segunda voz, de un adulto.

Feather Crown || Takami Keigo (HAWKS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora