Capítulo IX

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Keigo

Pasado

Doy otra ronda por el castillo, buscando alguna anomalía, algo extraño, o algo que me de pistas de las desapariciones; pero no hay nada.

—¿Encontraste algo? —pregunta Hideki mientras vuela hacia mi dirección.

A pesar de que la distancia es grande puedo escucharlo perfectamente. Así como aún con la poca luz que nos brinda la luna puedo mirarlo claramente; ventaja de no ser humanos.

—No —digo decepcionado—, me acerque lo más que pude, pero no note nada diferente. Aparte de eso espié a los guardias humanos, creyendo que en sus conversaciones podía descubrir algo.

Quedamos suspendidos en el aire, mientras movemos nuestras alas para no caer y mantenernos en nuestro lugar conversando.

—¿Y dijeron algo que nos podría ayudar? —dice esperanzado.

—No —digo y agrego: —Solo hablan de las hembras humanas y cuan satisfactoriamente es estar con ellas apareándose.

—Esos humanos —dice con asco.

—Y los animales somos nosotros —rio.

Veo el castillo imperial a unos kilómetros de donde estamos, las luces de una que otra habitación encendida, pero aun así no me sirvió para descubrir nada.

—¿Y ahí? —Señala una casa apartada del castillo.

—Por lo que sé es como una casa, para los que trabajan en el castillo —digo.

No entiendo por qué construyeron un lugar como ese.

"¿No hay ya suficiente espacio para dormir en el castillo?"

La verdad no lo comprendo, podrían dormir hasta cinco veces más personas que trabajan para el emperador en ese lujoso lugar, e incluso aun así habría espacio para más humanos.

—¿Ya buscaste ahí? —pregunta el chico volando a mi lado.

—Sí —afirmo—, Como en los últimos días que hemos venido. Desgraciadamente no hay nada.

La decepción y enojo se almacena en mi pecho cada vez más, con cada noche que vengo y no encuentro nada. Han desaparecido, como si se los hubiera tragado la tierra, no hay rastro lo cual me sorprende ya que nuestros instintos son más agudos y mil veces mejor que el de los humanos.

Pero no importa cuánto nos lleve, tenemos que descubrir que es lo que sucede. Siempre lo hacemos a escondidas porque no queremos más problemas con los humanos. Se volverán locos si saben que estamos cerca.

—Será mejor regresar —decido luego de un par de horas en búsqueda sin éxito alguno.

Así que no nos queda de otra, regresamos. Quedamos con los humanos en que no podemos tocar sus tierras. Y eso hago, no la toco, solo vuelo sobre ella. Y la oscuridad es nuestra mejor amiga en estos últimos días, para no ser descubierto.

Además, con la velocidad de nuestro vuelo a esa altura no pueden alcanzar a vernos. Aun así, somos muy cuidadosos. No podemos tener un mínimo descuido.

Me desplazo con tanta libertad en el cielo nocturno, mientras el cálido aire de verano roza cada una de las plumas de mis alas. Amo esta sensación, detesto el invierno; siento que mis plumas se congelan.

Hideki vuela a mi lado. Él y todos los demás están preocupados, están más tensos, nerviosos y enojados; eso no es bueno.

Creí que con él tal vez encontraríamos más pistas, pero no. Ser más buscadores podríamos tener la posibilidad de encontrar pistas más rápido, pero entre más somos es más alto el riesgo de ser descubiertos por los guardias humanos.

Feather Crown || Takami Keigo (HAWKS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora