Kawaki... Un chico que vivió en la oscuridad por algo que no tenía culpa alguna.
Sumire... Una chica amable y buena, que tuvo un pasado triste y lleno de rencor.
Ambos se culpan por la muerte de personas.
Ambos encierran un dolor que solo ellos p...
–Sumire... Vine para hablar sobre el entrenamiento.
Mi voz no salió como esperaba, sueno muy molesto.
¡¿Qué está pasandome?!
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Sumire miro extrañada a Kawaki, lo notaba más serio, incluso hostil.
Llegó a pensar que la causa de su enojo era entrenarla.
"Tal vez se arrepintió" Pensó ella "Quizás no quiere entrenar a alguien tan débil como yo"
–Kawaki-kun, si no quieres entrenarme, no hay problema. No te quiero obligar a hacer algo que no quieras. - dijo ella en voz algo baja.
–¿Quién dijo que no te quiero entrenar?- pregunto Kawaki con fastidio.
A lo que Sumire lo miro nuevamente como analizando si estaba mintiendo o diciendo la verdad.
–Solo que... Te ví ocupada aquí, pensé que no querías entrenar. Estabas muy entretenida con ese chico. - soltó Kawaki de golpe.
–¿Ah? No, te refieres al chico de antes... Es estudiante nuevo y bueno, digamos que confundió las cosas conmigo. - dijo Sumire dando una explicación sin saber porqué.
Kawaki asintió frente a lo dicho, su enojo iba disminuyendo cada vez que la peli morada hablaba dulcemente.
Él hizo una señal para que ella le siguiera, y así dirigirse a un campo de entrenamiento.
–Bien, empecemos con el calentamiento. - mencionó él.
Y después de esas palabras, pasaron toda la mañana entrenando.
–Ah, muero de hambre. - dijo Sumire
–Creo que podemos descansar, luego continuamos. - dijo Kawaki.
–Ehh si claro... - dijo Sumire algo avergonzada cuando escucho su estómago sonar.
Y como si fuera arte de magia, encontraron a Boruto llamándolos: "Oigan vengan a la casa, ya está listo el almuerzo. Hima-chan y yo cocinamos"
Ambos asintieron y lo siguieron, entrando a la casa y se alistaron para comer.
–¿Hinata-san no está? - pregunto Sumire.
–Ella está trabajando, seguro llega en los próximos minutos. - respondió Boruto.
Y como si la estuvieran invocando, ella apareció en la casa.
Saludo a todos, y dijo: "Kawaki, después del almuerzo tenemos que hablar. Y tú también, Sumire. Será sobre una misión"
