♤𝐶𝛼𝜌𝜄𝜏𝜇𝑙𝜎 𝐼: 𝑈𝜋 𝛱𝜇𝜀𝜈𝜎 𝑃𝜄𝑙𝛼𝑟♤

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Me encontraba dirigiéndome hacia la residencia del Oyakata-sama, pues este solicito la presencia de todos los pilares disponibles en el lugar pues este iba a dar inicio a la ceremonia de ascenso de un nuevo pilar, para mi mala suerte a pesar de haber terminado mi misión hace unos días todavía me faltaban varias horas para llegar a la central por lo que decidí apurar el paso.

Mientras avanzaba hacia la central posee mi mano sobre el collar que colgaba de mi cuello y empece a recordar todo el camino que recorrí como cazador de demonios.

La satisfacción que sentía al acabar  con los demonios, la gratificante sensación de evitar la muerte completa de una familia a manos de los demonios. El evitar que un niño pasara por lo mismo que yo pase al ver morir a mis padres. Sensaciones que en si eran muy gratificantes.

En los inicios de mi camino como cazador, siempre que se me daba una misión la iniciaba instantáneamente para así evitar muertes. 

Tristemente no siempre se puede llegar a tiempo para salvar la vida de alguien.

O peor aun... salvar a una familia completa.

Creo que fue en mi doceava misión como cazador, todos y cada uno de los integrantes de una familia fueron brutalmente asesinados, descuartizados y devorados, todo porque no fui capaz de llegar a tiempo.

Esto era algo que llegaba a ocurrir muy a menudo en las misiones según mi maestro, de hecho fue lo mismo que le sucedió a él cuando me llego a conocer.

Un hombre el cual estaba más o menos por la mediana edad por su cabello blanco, portaba un haori azul con diseño de nubes en el además de llevar una mascara tengu en el rostro. Y aun más importante una katana en las manos.

Katana con la cual había acabado con los demonios que asesinaron a mi familia.

Ese hombre se llamaba Urokodaki Sakonji, aquel que posteriormente se convertiría en mi maestro y un gran ejemplo a seguir para mi. 

El al verme se acerco a mi y reviso mi rostro, pues uno de los demonios me hizo un gran corte en el lado derecho de mi cara.

Saco unas vendas de su haori las cuales utilizo para detener el sangrado de mi rostro. Una vez termino de atender mi herida se alejo y empezó a hablar. 

—Lamento mi incompetencia... si hubiera sido más rápido, tal vez tus padres estarían con vida— dijo mientras miraba al suelo y apretaba las manos.

No lo culpo y en su momento tampoco lo culpe por la muerte de mis padres, el solo fue un hombre que tuvo la mala dicha de no llegar a tiempo. Además de no ser por él probablemente también estaría muerto.

—Por favor levante la cabeza, no se culpe por esto, estoy seguro de que usted hizo todo lo pudo para llegar a tiempo... gracias...— dije mientras agachaba la cabeza —¡Gracias!... ¡muchas gracias!...— volví a repetir. 

—¡¡Muchas gracias por vengar a mi familia!!— dije aguantando las lagrimas.

Lo único que escuche fueron unos pasos acercándose a mí y una mano acariciando mi cabeza.


Desde entonces estuve bajo su tutela, él me heredo su aliento, me heredo su legado y a pesar de que ya tenia uno también me heredo su propósito como cazador.

A diferencia del suyo, mi propósito era simplemente vació, uno que carecía de determinación y derivaba directamente del odio hacia los demonios.

"Encontrare y acabare con todos y cada uno de los demonios existentes".

Un propósito que solo buscaba la satisfacción propia en la eliminación de esos seres.  

Mientras que el propósito de mi maestro era uno el cual no buscaba saciar la satisfacción propia, sino asegurar el bienestar ajeno.

Solo Un Simple Traidor [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora