Capítulo 4

4.9K 374 7
                                    

Miércoles, hora de comer

—¿Puedes darte más prisa? Tengo hambre —me habló Derek enfadado.

Derek se había pasado toda la semana intentando convencerme de no salir con Dylan, pero cada vez que le decía que no, se enfadada.

—No puedo llevar dos bandejas a la vez —respondí molesta—. Podrías llevar la tuya.

—Entonces, ¿para qué te tengo durante toda la semana? —dijo sin mirarme.

Suspiré cansada y le seguí por la cafetería hasta llegar a nuestra mesa. Trevor le estaba explicando a Giselle en qué consistía el fútbol, cosa que ella ya sabía, pero ella decía que no para no tener que sufrir otro tipo de castigo y Duncan ayudaba a Brit con los ejercicios de Física.

Solté la bandeja provocando un ruido que hizo que todos me mirasen.

—¡Ten más cuidado! —me gritó Derek—. ¡Casi me manchas!

—No me tientes que aún tengo ganas de estamparte el plato en la cara.

—¿Qué tal va la pareja feliz? —preguntó divertida Gis. La fulminé con la mirada y volvió a hacer caso a mi hermano.

Me senté al lado de Derek e intenté relajarme. Como siguiera así, no iba a ser responsable de mis actos.

Cogí la cuchara y me puse a darle vueltas al puré. ¿Cómo podía ser tan poco apetecible?

—Come —me ordenó Derek.

—No tengo hambre. —Dejé la cuchara y me crucé de brazos.

—¿Qué te pasa?

—Tú eres lo que me pasa. —Me separé un poco de él y le miré de mala manera.

—¿Y ahora qué he hecho?

—Llevas todo el día hablándome mal y me estoy empezando a cansar de ti.

—Yo no...

—Mira, da igual. Déjalo.

Agarró mi mano y tiró de mí acercándome a él.

—Lo siento, ¿vale?

—No lo dices en serio.

—Claro que sí. —Me rodeó con su otro brazo y me abrazó—. Perdóname.

Me separé de él y asentí con la cabeza.

—Char. —Me giré y vi a Dylan detrás de mí—. Por fin doy contigo.

—Lo siento, he estado un poco ocupada. —Me levanté torpemente y me acerqué a él—. ¿Qué querías?

—Todavía sigo esperando una respuesta.

—¡Oh, claro! —exclamé un poco avergonzada—. Sí, el viernes me va bien.

—Perfecto. ¿Te recojo a las cinco? —Asentí con la cabeza y sonrió—. Genial.

Levantó la mano para despedirme y me di la vuelta encontrándome a Giselle y a Brittany mirándome con una gran sonrisa.

—Es perfecto —opinó Gis y Trevor le puso mala cara—. Perfecto para tu hermana.

—Sigo pensando que no deberías salir con él —dijo mi hermano.

—Déjalo ya, Trevor. ¿Y Derek? —pregunté al no verle en su sitio.

—Se ha ido hace un momento —me contestó Duncan.

Cogí la bandeja y la llevé a su sitio sin que ningún profesor me viera para que no se diesen cuenta de que no había comido nada. Luego, salí al pasillo y caminé hasta llegar al gimnasio.

Y ahora MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora