Capítulo 33

3.4K 268 1
                                    

Finales de abril

Lunes

—Char... despierta... —susurró una voz en mi oído.

—Char... vamos... —susurró otra voz.

—Cinco minutos más... —murmuré.

—¡Levanta de una vez! —gritaron al unísono.

Me levanté sobresaltada y miré a todos lados: Giselle y Brittany estaban delante de mí con una bandeja.

—¿Os habéis vuelto locas? —les grité enfadada—. ¡Casi me da un infarto!

—Pero no ha pasado —respondió Gis sonriente.

—Toma —dijo Brit dejando la bandeja en mis piernas—. Te hemos traído el desayuno.

—¿Qué queréis?

—¿Nosotras? Nada —respondió Gis.

—Solo queremos desayunar con nuestra amiga —añadió Brit.

—No me fío...

—Venga, Char —habló Gis sentándose a mi lado—. Hace días que no tenemos reunión de chicas y tú nos acusas de que queremos algo.

—Solo queríamos aprovechar un poco antes de ir a clase —habló Brit sentándose en mi otro lado.

—Va a ser eso. —Las miré extrañada y suspiré—. Anda, vamos a desayunar.

Nos tomamos el zumo de naranja, el vaso de leche con colacao y las galletas de chocolate. Si pretendían que explotara esta mañana, lo iban a conseguir sin problemas.

—Me voy a duchar. —Aparté la bandeja y la puse encima de Giselle—. Te dejo que lo recojas.

Me levanté de la cama y la miré divertida.

—¿Puedo elegir tu conjunto? —me preguntó emocionada Brit.

—¿Es necesario? —Asintió con la cabeza efusivamente—. Está bien, pero quiero pantalones.

Me encerré en el baño y abrí el grifo de la ducha. Cuando se puso el agua caliente, me metí dentro y empecé a enjabonar mi cuerpo.

¿Qué narices hacían a estas horas en mi casa? Esas dos estaban tramando algo y no querían decírmelo.

Salí de la ducha y enredé la toalla en mi cuerpo. Salí del baño y vi a Giselle y a Brittany cuchicheando.

—Estáis tramando algo —canturreé mientras me acercaba a la cama donde Brit había dejado mi ropa.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó Giselle ofendida—. Mira, te esperamos abajo porque hoy estás insoportable.

—Por algo será —le grité antes de que cerrara la puerta—. Voy a ir yo un día a su casa a despertarla, a ver si le gusta.

Me puse los pantalones blancos y la blusa azul que había sacado Brittany de mi armario. Luego, cogí mis vans azules y entré en el baño a mirarme.

—No había una blusa más corta en mi armario.

Bufé frustrada. Estas dos me iban a volver loca y solo estábamos a lunes.

Me solté el pelo y terminé de asearme. Luego, me puse las gafas y terminé de guardar las cosas en el bolso antes de bajar.

Giselle y Brittany estaban hablando con Trevor que no dejaba de arrugar la frente.

—¿Nos vamos? —pregunté—. El coche está en el garaje.

Y ahora MillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora