33. Pequeña Salida

89 5 0
                                    




No fue un día como cualquier otro para ti, hoy, fue una fecha especial que te hizo recordar un mal recuerdo que habías querido enterrar dentro de ti.


No importa cuánto te esforzaras por concentrarte en tu trabajo, sabías que el día no iba a ser feliz. Cuando te despertaste temprano en la mañana, viste que el clima estaba lluvioso y eso no ayudó a animarte.


Habías arrastrado los pies hasta la sala de descanso, esperabas no ver a nadie allí, pero, sin embargo, Stone ya estaba allí y preparaba un café con leche. Te sonrió con una reverencia, pero al ver tu rostro, puso un listón frente a ti sobre la mesa, pero apenas lo notaste.


Cuando estaba a punto de hablar, la puerta de la habitación se cerró de golpe y apareció Robotnik. No dijo nada, siempre se veía engreído, pero en este momento no te importa, miraste este latte sin ni siquiera tomar una gota y te preguntaste si no era mejor que volvieras a la cama.


—¿Alguien está mal, agente T/N?  —.Estas palabras, ni siquiera las habías escuchado.


—¡Agente T/N!


Saltas y tus ojos se encontraron con Robotnik, sus ojos color avellana te miraban como rayos X.


—Yo...No... —.Susurraste.  —Todo está bien, doctor...  —.Y mientras deslizabas tu silla para irte, tiraste. —Ire al trabajo, que tengas un buen día.


Cuando la puerta se cerró detrás de ti, Robotnik parecía intrigado, nunca te había visto así, pero has estado trabajando para él durante varios meses. El intenta encontrar más información con Stone.


—¿Le dijiste algo, Agente Stone?


—No, doctor  —.Respondió, encogiéndose de hombros.


El doctor apoyó la espalda en su silla y se frotó la barbilla pensativamente. No entendía por qué eras así, pero lo que entendía aún menos es por qué parecía preocuparle a él también.


—¿Qué debemos hacer en este tipo de situación?  —.Stone miró al doctor.


—No entiendo...


—¿Eres tan estúpido Stone? Te pregunto si puedo hacer algo.


El agente se sorprendió por la preocupación de Robotnik y también por su pregunta. Siempre había sido muy torpe para relacionarse con los demás, pero de ahí a pedirle consejos...


—Bueno... ¡haz lo que creas correcto!


A estas palabras, Stone se levantó a su vez y se fue, dejando al doctor solo con sus pensamientos.


—Lo que me parece correcto...  —.Repitió.



Planes Malignos (Dr. Robotnik x Lector/a)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora