Planes Malignos (Dr. Robotnik x Lector/a)

8. Evil Grows with love (8)

•¿Sólo un poco de celos?•

...

—Teniente, si pudiéramos evitar hablar de esto nuevamente, ¡sería feliz!

El teniente no pudo contener su sonrisa. Desde aquella famosa noche en la que él y el agente Stone llevaron al doctor y a la comisionada de vuelta a GreenHills tras la avería de su auto, este último se puso especialmente nervioso y mucho más antes de mencionar el nombre del doctor.

Fue por esta razón que actualmente estaba paseando en su oficina.

—Entonces, ¿me estás diciendo que habría encontrado algo interesante?

—Absolutamente, comisionada.

—¿Y no te dijo nada más?

—Sabes, el doctor no se dignaría a hablarme, fue el Agente Stone quien me llamó para advertirme y...

—¿Ustedes? Maldita sea, ¿intercambiaron sus números?  —.El rostro del teniente entonces se sonrojó, rodando sus ojos para evitar la mirada de su jefe.

—¡Y luego te atreves a hablarme sobre el hecho de que accidentalmente me quedé dormido en el hombro de este...Tipo!

Desde aquella famosa velada, se maldijo por haberse puesto en tal situación. Obviamente, el insomnio la había superado, como el hecho de que tenía prohibido hacer el más mínimo comentario sobre la incompetencia del doctor. Pero ¿por qué había tenido que inclinar la cabeza de esa manera y no hacia la ventana? Sus despertares al llegar fueron angustiosos, pero increíblemente divertidos para sus respetados asistentes.

Quien había aprovechado para intercambiar sus números. Aunque la situación apenas le hizo gracia, T/N tuvo que admitir que el Agente Stone era una fuente interesante de información que no debería pasar por alto. Especialmente cuando este transmitió datos que el Doctor tuvo cuidado de no compartir. Agarrando su chaqueta en el proceso, la Comisionada T/N no tardó en llegar cuando se enteró de que el doctor había encontrado rastros de la criatura no lejos de la residencia del sheriff. Sin coche, había caminado hasta allí, cruzando una sección del bosque de Greenhills, preguntándose si la criatura habría encontrado refugio en la ciudad. Cuando finalmente llamó a la puerta de la camioneta, nadie respondió. Ella insistió en varias ocasiones cuando finalmente un hombre vestido de negro y cuyo bigote se podía reconocer fácilmente apareció frente a la puerta.

—¿¡Tú otra vez?! Pero...

—Entonces así, ¿me está escondiendo, doctor?  —.Sin siquiera esperar una invitación de él, entró al laboratorio mientras Robotnik la miraba con enojo.

—¡Supe al instante que eras tú cuando escuché que alguien llamaba a la puerta!