Capítulo 17

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P.O.V T/n

Antes de entrar por la gran puerta de la mansión Agreste quise mirar por ultima vez al que me estuvo acompañando aquella tarde, mas lo único que pude apreciar fue como se fue rápidamente de aquella entrada.

-¿Por que se va tan corriendo? -Preguntó Prince (N/A: Okno xd, el otro día estaba viendo con mi prima pequeña las Winx Club era la temporada 5 o 6 si no me equivoco, y me dio mucha gracia una mala adaptación que hicieron. El personaje llamado Flora dijo exactamente esta frase y quise ponerla por las risas, ahora si, las dejo continuar ;) )

-Tal vez tenía prisa, o habrá visto muchas llamadas perdidas de su madre -contesté aún con mi mirada fija en aquella entrada. Un pequeño escalofrió recorrió mi cuerpo al recordar una vez que me pasó aquello, definitivamente darte cuenta que tu madre te llamó tantas veces y no le contestaste es terrorífico- Creo... Creo que mejor le pediré disculpas más tarde...

Después de aquel recuerdo que pasó por mi mente Prince y yo nos miramos aún con confusión, ambos alzamos los hombros al no saber la causa de su apresurada ida. Sin más decidimos entrar de una vez por todas a la mansión, obviamente Prince se escondió detrás de mi cabello. Al entrar vi al guardaespaldas que siempre acompaña a Adrien.

-¡Hola! -Saludé con la mano y una sonrisa simpática. El contrario sonrió torpemente y me devolvió el saludo, aunque parezca algo amenazador siempre fue amable con nosotros- ¿Donde está Adrien?

El contrario señaló hacía el comedor indicándome así que el joven Agreste se encontraba cenando, le agradecí y me dirigí hacía el lugar indicado. Al entrar la mirada del rubio se posó completamente en mi.

-¡Hola Risitos de Oro! -Me senté a su lado sonriendo- Que aproveche -Dije al ver su plato de comida, como era costumbre Adrien estaba cenando solo, pues el señor Agreste solía estar muy ocupado.

-Gracias Ohime -dijo mientras daba un bocado, sinceramente yo no sentía apetito, pero mi cuerpo era otra historia pues, sin previo aviso, mi estomago rugió exigiendo algo de comida.

Ante aquello mi cara se torno completamente roja, Adrien se percató de aquello y tan solo rió un poco por ello. Llamó a Nathalie para que me trajeran algo de comer.

-¡No hace falta Adrien! -Me apresuré en decir, realmente no tenía apetito, apesar de que no había comido desde ayer.

-No digas tonterías Ohime, es obvio que tienes hambre, tienes que cenar algo -Recomendó mi amigo.

No pude negarme a ello, por lo que tuve que aceptar la comida que se me ofreció. Adrien dejó de comer para esperar, por lo que aprovechamos para charlar un poco.

-Entonces fue ahí que me enteré que Luka también asiste al conservatorio de música -dije riendo con un leve sonrojo en mis mejillas al recordar el momento en que la señora que nos atendió nos confundió con una pareja, detalle que preferí no contar a mi rubio acompañante.

Derrepente una empleada entro y me dejó un plato de comida, tenía muy buena pinta. El ambiente era animado, por lo que entre el hambre de mi cuerpo y el buen momento, mi apetito volvió. Sin darme cuenta empecé a comer mientras escuchaba lo que hizo Adrien hoy. Pasaron unos minutos y el plato quedó completamente vacío, charlé un rato más con el modelo hasta que se hizo algo tarde.

-Deberíamos ir a dormir Ohime -dijo Adrien bostezando.

-Tienes razón Adrien, buenas noches -contesté junto a un bostezo que fue contagiado por el rubio.

-Buenas noches Ohime, descansa linda -dijo para finalmente subir a su cuarto.

Yo me quedé un rato más en el comedor, mirando el plato que se encontraba vacío. Por alguna razón en aquel momento no sentí nauseas, me sentía con buen animo. Felizmente decidí subir a mi cuarto para alistarme a dormir, pues mañana habían clases y en la tarde sería mi primer día en el conservatorio de París, tenía un nombre, pero no recuerdo cual era. Llegué a mi cuarto y decidí darme un relajante baño antes de dormir por lo que alisté las cosas y empecé a llenar la bañera con agua caliente. Una vez lista me desvestí para poder adentrarme en las relajantes aguas, sin previo aviso mi muñeca empezó a dolerme un poco por lo que mi mirada se dirigió rápidamente hacía ella. Apesar del agua caliente pude sentir como mi cuerpo se heló por unos instantes al ver las marcas que se plasmaban en mi blanca piel. Lo ayer sucedido pasó fugazmente por mi mente, agaché mi cabeza lamentando lo que hice, obviamente no había sido la primera vez que había hecho aquello. Recuerdo que siempre era así, primero me derrumbaba completamente y cuando ya estaba mejor me arrepentía de lo que había hecho. Mire hacía mis piernas y aprecié unas pocas cicatrices que tenía de cortadas mucho más antiguas.

La Magia De La Música •Luka y Tu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora