CAPÍTULO QUINCE

146 24 34
                                    

[✧]

JACKSON

JinYoung se congeló debajo de mí.

Mis labios se apretaron contra los suyos, suaves al principio, luego más fuertes, buscando algún tipo de respuesta, hasta que me di cuenta de que se había quedado completamente quieto.

Joder.

Me aparté, con el corazón palpitando. No podía creer lo que acababa de hacer.

Los ojos de JinYoung estaban muy abiertos y casi chocolates a la luz de la lámpara. Tenía la boca ligeramente abierta, como si hubiera dejado de hablar en medio de una pregunta, y todavía tenía un poco de glaseado pegado a ella. El resto se había manchado en mi boca.

Se me hundió el estómago.

—Lo siento —susurré—. Yo– yo–

Se levantó y me besó antes de que pudiera decir nada más, y esta vez sus labios estaban de todo menos quietos. Los separó inmediatamente y su lengua recorrió mi labio inferior, exigiendo la entrada.

Cedí, abriendo la boca y dejándolo entrar mientras lo presionaba contra los cojines del sofá. Su cuerpo, largo y delgado, se ablandó debajo de mí, curvándose contra el mío. Mis dedos recorrieron las palmas de sus manos, trazando una cicatriz que se enroscaba alrededor de su pulgar, antes de enredarse con las suyas.

Esto no podía estar pasando.

Era imposible que estuviera besando a Park JinYoung ahora mismo. Park JinYoung que pensaba que yo era una idiota. JinYoung que sabía mucho más que yo. JinYoung que tenía un novio.

Pero lo estaba.

Se acercó a mí, con algo firme e insistente presionando mi muslo. Mis ojos se abrieron de golpe cuando me di cuenta de lo que era. Mierda.

JinYoung estaba duro. Y no tenía miedo de hacérmelo saber.

Con las chicas, siempre me sentía como si estuviera cruzando los dedos, esperando que estuvieran tan interesadas en ligar como yo. Esperando que les gustara más, en realidad, ya que nunca había sido capaz de meter la cabeza en el juego con ellas.

Con JinYoung, no había dudas.

Me deseaba —o su cuerpo lo hacía, al menos— y yo lo sabía. Era embriagador y aterrador. Estaba besando a mi mejor amigo de la infancia, besando al chico con el que había intentado salir del armario esta mañana, y él no se apartaba, no me preguntaba qué demonios creí que estaba haciendo.

Me apreté contra él. No sabía lo que estaba haciendo. No estaba pensando en absoluto. Todo lo que sabía era que se sentía tan bien debajo de mí, y que sus labios eran tan suaves, y su lengua sabía a glaseado, y olía a sábanas limpias y a cítricos.

JinYoung me soltó una mano y la introdujo entre nuestros cuerpos. Se me cortó la respiración, pero no lo detuve. Sabía que iba a tocarme, pero nunca había sabido que era posible estar tan asustado y tan excitado al mismo tiempo.

Me desplacé hacia un lado, haciendo un poco de espacio para él, y mis labios se deslizaron desde su boca hasta su cuello. Cuando su mano llegó a mi muslo, y luego viajó hacia el interior, busqué ese punto justo debajo de su oreja que había mirado esta mañana. Estaba desesperado por besarlo, por saborearlo, por adorarlo allí.

JinYoung gimió suavemente cuando me metí el lóbulo de su oreja en la boca, y me hice eco de él, incluso más fuerte, cuando su mano acarició mi polla donde se apretaba contra mis pantalones. Quería, necesitaba–

XOXO | jinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora