♨𝙲𝚊𝚙. 9♨

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Unos días después

Los Hargreeves estaban en su casa mientras su padre iba a un viaje de negocios. Claro, estaban siendo cuidados por la androide y el mono. La escuela se había cancelado por varios días debido a los daños en la estructura de la escuela, asi que hasta que se encuentre en mejor estado no dejaron tarea ni fueron a la escuela, pero les pagaron a los maestros de manera normal, pues los Lopez sabían que lo merecian. ¿Por qué los Lopez pagarían el sueldo de los maestros? Simple, ellos eran los dueños de la escuela. Alexander había construido la escuela y entreno a sus hijos para que fueran los líderes de la escuela, preparando a todos los demás alumnos para poder salir al mundo exterior y que no tuvieran demasiados problemas por sus poderes.

En este momento Cinco se dirige a la residencia Lopez para ver a su prometida, pero era seguido por sus demás hermanos que no eran nada discretos. En cuanto dio la vuelta y los demás lo perdieron de vista, él corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a un callejón y teletransportarse hasta la casa de su nueva familia a la que se integrará. La familia ya sabía que iba así que lo esperaban. Al momento en que los Hargreeves le dieron vuelta a la calle, lo perdieron de vista, molestándose porque nunca sabían que le ocurría a su hermano y el que tan de repente sea cariñoso con su oponente no era nada normal. Sobretodo si la muestra de cariño fue frente a tanta gente.

Cuando Cinco llegó al frente de la mansión, se acomodo la corbata de su uniforme al igual que acomodó su saco. Ya estando presentable se colocó frente a la puerta y tocó el timbre. No mucho tiempo después vio como le abrían topando con los ojos de su suegro. —Señor Lopez— dijo a modo de saludo mientras el otro sonreía y se hacía a un lado para que entrara.

—Esta en su cuarto, aún no se puede levantar así que procura ayudarla en lo que necesite, por favor— comunico a su yerno mientras cerraba la puerta y este asentía y agradecía para subir las escaleras hacia la habitación de su prometida. ¿Cinco se hiso amable? Bueno, sabía que si se quería casar con Alexandra, su antigua hermana, debía ser un poco más respetuoso pues entre los Lopez era común ver gestos de generosidad, ver tratos humildes entre ellos, tratando de manera cariñosa a algunos, siendo amables con todos -aún que no siempre- y teniendo buenos modales, al igual de que si los conoces a todos y te tienen confianza serán ellos mismos: te harán reír hasta que te duela el estómago, verás unas hermosas sonrisas en sus rostros, verás como brillan sus ojos al contar algo, demostrarán su cariño y confianza que te tienen, y te protegerán.

Eso es lo que todos ellos tenían con Cinco. Le tenían cariño y confianza.

Una vez que llego al cuarto de su prometida tocó levemente la puerta. —Adelante.— se escuchó débilmente y entró dándole una pequeña sonrisa —Tu no eres el hermano molesto que esperaba ver.— le dijo con gracia agrandando su sonrisa —Que bueno que viniste, asesino— expreso con cariño mientras él se sentaba a un lado de ella y le tomaba suavemente la mano notando unas costras en ella.

—Te lo debía, papá salió por unos días y nos van a dejar salir así que vendré a verte.— explico suavemente —¿Cómo te sientes?— interrogó tocando su mejilla para mover su rostro y mirar unas ronchas con agua en su cuello y crema.

—Mejor, pero me dijeron que no hablara tanto ni hiciera mucho esfuerzo— expuso —, pero todos están exagerando porque ni siquiera me dejan levantarme de la cama.— agrego, viendo como su prometido alzaba las cejas y miraba hacia el otro lado junto demasiado sus labios —No tu, también— se quejo —, ya tengo suficiente con ellos, porfavor no seas así— le pidió haciendo que por lo ronca que estaba gracias a las quemaduras se escuchara como una tipo súplica, pero él solo dio una ligera risa.

—No seré así de cuidadoso contigo— aseguro

—Bien, ahora acuéstate junto a mi y cuéntame las tonterías que han hecho mis queridísimos hermanos— pidió mientras se hacía a un lado para que hiciera lo pedido, mientras lo último lo decía con sarcasmo. Cinco solo sonrió y se acomodo a su lado tapando sus piernas para que el piso en las cobijas no le estorbara el acomodarse a ninguno, mientras la tomaba del hombro y la acercaba a él para que quedara recostada sobre su pecho mientras hablaba.

𝐋𝐞𝐣∅𝐬 𝐃𝐞 𝐄𝐥𝐥∅𝐬 • 𝐓𝐔𝐀 ||Cinco H.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora