♨𝙲𝚊𝚙. 22♨

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Unos meses después

Habían pasado unos cuantos meses desde aquel día en la Gala de los Malfoy. No pasaron de los seis meses, pero si era suficiente tiempo como para que el bebé de Alexandra y Cinco creciera a lo correspondiente, pues después de ese día no volvió a manipular el tiempo para crecer más, lo que los alivio al pensar en la posibilidad de que podría aliviarse más rápido de lo esperado. Pues ahora el parto será normal y, podría decirse, natural.

Sin embargo, gracias al embarazo de Alexandra, Cinco empezó a ser estricto con ella y sus cuidados, le preparaba comida que podía comer, evitaba que procurara zonas de riesgo, evitaba que ella misma se pusiera en riesgo... Al principio le pareció tierno a Lopez, pero con el tiempo se le hiso tedioso, al grado de pelear con él por sus extremos cuidados. Aún que después aprendió a vivir con ello, pues Cinco no cambio su forma de actuar.

Ahora, es de mañana. Esta ocasión Alexandra se levantó más temprano que su amado, dirigiéndose a la cocina para preparar algo de desayunar pues su hambre no se acababa.

Esa era otra de las desventajas de que Alexandra se embarazara, no solo le consumía demasiada energía que necesitaba usar sino que también le daba demasiada hambre. Lo que provocaba que el bebé creciera más de lo debido y, finalmente, el parto sea por cesárea.

Por otro lado, Alexandra se había enfocado en prepararse algo que se le antojara y que tampoco la "hirritara" -como decía Cinco- para no hacer enojar a su prometido.

Si, la boda Hargreeves-Lopez había sido pospuesta por un largo tiempo hasta que se encontrará un momento adecuado en el que casarse. Pero nadie tenía algún inconveniente con eso y tampoco estaban en desacuerdo, pues sabían que la situación actual no ameritaba semejante cosa.

Volviendo al tema principal; mientras Alexandra cortaba unas pocas fresas sintió a su novio abrazarla por la espalda provocandole una sonrisa involuntaria y un revoloteo en su estómago, dando pie a las mariposas.

—¿Cómo te sientes?— le pregunto Cinco mientras le da un beso en el cuello y le toma el creciente vientre con cariño.

—Bien— contesto alegre por el cariño que sabía Cinco le tiene a ella y a su bebé. —¿No me vas a quitar mis fresas?— indagó con humor aún teniendo el rostro del hombre en su cuello.

—No, esas no te hacen daño— respondió haciendo que ella casi suelte una carcajada, pero logró retenerla.

Después de eso, ella siguió picando fruta con un poco de dificultad gracias a que el Hargreeves no la soltó en ningún momento. Pero eso tampoco impidió que ella usará sus poderes en secreto para prepararle su desayuno a él también.

En cambio, Cinco no quería separarse de ella. Tal parecía, Cinco se había puesto chípil con Alexandra gracias a su embarazo pues no se le quería despegar y siempre andaba muy cariñoso con ella, cosa que no le molestaba a ella en lo absoluto porque sabía la manera perfecta para quitársela: cuando naviera el bebé, bañar a Cinco con su agua después de bañarlo a él. Era efectivo. Mamá Susan les había contado a todos que, cuando nació Marcus, Alexander se había puesto chípil con ella y con el bebé así que, viajando por México, le contaron esa técnica de bañar al esposo con el agua del bebé para que se le quitará la chípilera, así que lo hiso y funcionó muy bien.

A pesar de que todos en esa familia eran de distintos lugares del planeta, siempre tenían conocimiento de todos los países originarios y no originarios que son. Por ejemplo, Lana era de Sokovia, pero tenía conocimiento de México, Canadá, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Suecia, Italia y muchos otros países más que ella no conoce. Siempre era lo mismo con todos. Todos sabían su procedencia y no perdían el acento característico que tenían al hablar, al igual que su lengua materna.

Como siempre les decía su padre: "De todo un poco" o "Cultura general". A veces tenían malos resultados, pero él siempre se encargaba de recibir las consecuencias no importando lo graves que puedan ser. Así los educó a todos, lo que les enseño que, no importando quién sea, siempre deben cuidarse el uno al otro, sin importar las consecuencias. Eso hace un equipo y una familia.

—¿Crees que estén bien? —preguntó Alexandra sentada en la mesa de la terraza mientras mira al mar y sostiene una taza de chocolate caliente entre sus manos. Estaba preocupada por su familia, de eso no hay duda.

—Lo están, estoy seguro —respondió Cinco con suavidad y seguridad.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Porque me llamaron —Alexandra lo miro de inmediato con curiosidad—, dicen que están bien y que no corren ninguna clase de peligro igual que nosotros —eso la calmo—. Me dijeron que te dijera que no te preocuparas y tampoco te asustaras, y mucho menos te arriesgues estando embarazada.

Eso último la hiso reír, sabía que su familia siempre trataría de protegerla no importando lo lejos que estén unos de los otros. Y ella haría lo mismo por ellos, siempre los protegería y cuidaría.

Porque eso es lo que hace una familia, eso es lo que hace un equipo: se apoyan y protegen incondicionalmente.

Porque eso es lo que hace una familia, eso es lo que hace un equipo: se apoyan y protegen incondicionalmente

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881 palabras en total
Corto, lo sé
Tarde, lo sé
Pero como siempre digo: Mejor tarde que nunca. Pero, oigan, ya tengo estos gráficos de la canción que va a aplicar a estos últimos diez capítulos. Espero que la disfruten, y que bueno es estar de vuelta.

Peter P: No hay nada como estar en casa
Novali T: Exactamente mi querido arácnido.

Nos leemos en el siguiente capítulo.

𝐋𝐞𝐣∅𝐬 𝐃𝐞 𝐄𝐥𝐥∅𝐬 • 𝐓𝐔𝐀 ||Cinco H.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora